lunes, 2 de septiembre de 2024

Al final de cada Laberinto hay un Dragón


«Al final del Laberinto siempre espera un Dragón. De no ser así no pondríamos tanto empeño en construirlo».


«At the end of the Labyrinth a Dragon always waits. If not so, we wouldn't put so much effort into building it».


Un día escuché una frase parecida y quedé perplejo. 

Tiempo después, una noche en Estambul, junto a la mezquita Azul, la recordé mientras me preguntaba qué hacía yo allí. No qué parecía que hacía, sino por qué había llegado esa noche hasta ese lugar realmente. 

Porque era consciente de que estaba en un laberinto.

Eso debió ser a principio de los ochenta. He reflexionado sobre ella muchas veces y en situaciones muy diferentes. Y este verano, imagino que agobiado por el calor, decidí hacerle un pequeño e íntimo homenaje. Es éste.

Como siempre, y aunque aquí no haya constancia, he cambiado el diseño varias veces además de cambiar la paleta de colores. Al final, siempre acabo pensando que habría quedado mejor la versión anterior. Debe ser uno de mis laberintos particulares.

Por otro lado, me he tomado mi tiempo, los primeros bocetos son de primeros de mayo


Hasta primeros de agosto no tuve un boleto más o menos definitivo


Y, finalizando el mes, di por finalizado el trabajo porque iba añadiendo y retocando y al final temí estropearlo todo.



Los materiales, los de siempre: papel para acuarela de Garzapapel de 300 gr., acuarelas Schmincke, tintas dela serie Calligraphy Ink de Winsor & Newton y rotuladores de 0,38mm. de Muji.


Ferdinandus, d.s. 

Finalizado en el primer decanato del signo de virgo del dosmilésimo vigésimo cuarto A. D.

sábado, 9 de marzo de 2024

Poco nos pasa

En el texto de la parte inferior está el por qué del título: «Hasta aquí mi intento de embellecer la conclusión a la que he llegado, tras muchas reflexiones, desde aquella aciaga pandemia». 

Lo cierto es que me apetecía entretenerme con algo ligero. Sin dorados y con una paleta de colores sencilla. También sentía el deseo de mostrar todo ese desasosiego que, de tarde en tarde, me ha consumido viendo cómo funciona el mundo, en general y terrenos más cercanos, en particular. 

Como siempre, ha habido muchos cambios en todos los sentidos de los cuales no voy a dar cuenta. 

Como curiosidad: en un momento dado se me ocurrió trabajar con relieve —que es algo en lo que nunca he profundizado— e incluso empecé a trabajar con la «P» inicial, pero lo descarté.
Con la orla también enredé en diferentes soluciones aunque siempre a partir del diseño de un círculo inicial, que me costó modificar para el ángulo recto inferior:
En febrero ya tuve un boceto que me gustaba y, a partir de ahí, todo fue más sencillo.
Los primeros trazos con bolígrafos de gel de Muji de 0,38 mm.
Los colores, todos otoñales y pastel —la acuarela—, los tuve claros desde el principio, pero los rebordes de las letras, no. Fantaseé con introducir algún verde e incluso un bermellón, pero finalmente me decidí por un granate suavizado.
Y así ha quedado, finalmente. Ahora ya puedo pasar a otra cosa.
Por cierto, por fin llueve, aunque sea poco. Un abrazo.

Ferdinandus, d.s. 

 Finalizado en el segundo decanato del signo de Piscis del dosmilésimo vigésimo cuarto A. D.

martes, 19 de diciembre de 2023

FELICITACIÓN FAMILIAR NAVIDEÑA. 2023-2024

 Otro año aquí. He de reconocer que cada vez me cuesta un poco más e incluso que en alguna ocasión he pensado en dejar esta costumbre; pero esa parte mía ligada a una mentalidad conservadora me termina atrapando. Al menos hasta ahora.

Este año he vuelto a la decoración con muérdago y acebos —eso sí, en tonos no menos brillantes, pero sí más oscuros— y a las filacterias a las que me voy habituando.

En un principio iban a ser cereales y lúpulo, en la parte superior, y vides, en la inferior—una especie de homenaje a cervezas y vinos— pero luego todo se dio la vuelta. Quedaron restos en algunos bocetos y en un primer diseño que luego deseché.




Las iniciales, finalmente, las cambié un poco.



La frase propuesta par la reflexión de esta año es de Italo Calvino. 


«L’inferno dei vivi non è qualcosa che ci sarà: se esiste, è ciò che è già qui, l'inferno in cui viviamo tutti i giorni, che formiamo stando insieme. Esistono due modi per non soffrire. Il primo è semplice per la maggioranza delle persone: accettare l'inferno e mettersi da parte fino al punto da smettere di percepirlo. Il secondo è rischioso e richiede attenzione e apprendimento continuo: cercare di sapere riconoscere chi e cosa, dentro l'inferno, non è inferno e proteggerlo e dargli spazio».


Cuya traducción podría ser:


«El infierno de los vivos no es algo que será; es aquél que existe ya aquí, ese infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptarlo y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige una atención y un aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio». 


En cuestiones técnicas no voy a entrar hoy. No me apetece. Comentar, eso sí, que mi querencia por el papel de acuarela de Garzapapel, que es el usado, me hace sufrir cuando tengo que utilizar plumillas con tinta, porque no me acabo de hacer y siempre lo emborrono todo. 



Hace sol y tengo mucho por hacer. Aquí lo dejo.


Un abrazo.


Ferdinandus, d.s. Finalizado en el tercer decanato del signo de Sagitario del Anno Dominice Incarnationis de MMXXIII


martes, 15 de agosto de 2023

Iniciales «L» e «I» para la próxima felicitación familiar navideña

 Cada vez me tomo las cosas con más calma, así que, sabiendo que me gusta hacer varias cosas simultáneamente, a finales de julio había empezado ya a pensar en la felicitación familiar navideña.

Parecía estar todo encaminado cuando una nueva lectura me hizo cambiar la frase original y, por tanto, la inicial capitular que la comenzaría. Y no sería una, sino dos: una L y una I.

Cuando empecé a tener claro el diseño me di cuenta de que posiblemente el resultado final no me gustaría tal y com lo estaba planteando, así que decidí hacer primero un trabajo exclusivamente con estas iniciales y luego, en función del resultado, cambiaría el diseño o los colores en la felicitación familiar.

Los primeros días de agosto ya tenía alguna cosa clara y la puse sobre papel.



Al día siguiente ya hacía algunos cambios: primero, “saqué” la “L” del interior de la “I”; luego, adecué las proporciones de la esta última, que era la principal, a las del número áureo. 



Finalmente, decidí rodearla de llamas y realicé el primer boceto de la decoración.



Luego ya vinieron el paso al papel de acuarela correspondiente —un Garzapapel de 20 x 20 cm. y 300 gr.—, la aplicación de la base para el pan de oro.... 



Y, finalmente, los colores, los degradados, otro ligero relieve y el brillo.


Conclusiones a día de hoy:

Modificaré el diseño. El primer boceto, en el que la “L” está incrustada en la “I”, ahora me resulta más sugerente.

Los colores, que ya he utilizado bastantes veces —azul cobalto y bermellón en una primera fase— ahora no me han convencido así que, muy posiblemente, los cambie. Me atrae utilizar, sobre todo para la “I”, una gama de verdes, incluyendo el degradado desde el amarillo de las llamas.

Las llamas de la derecha, por cierto, creo que las “apaciguaré” un poco, dejándolas formalmente más similares al resto.

La relación relieve/brillo intentaré mantenerla, aunque no será fácil. He hecho diferentes pruebas y ninguna sale tan a mi gusto como la que resulta de mezclar pasta de relieve Médium Gel de “la Pajarita” con la tinta Scarlet, de la serie Calligraphy Ink de “Winsor and Newton”. 

Ahora a organizar le resto de la felicitación. Con tiempo.

Ferdinandus, d.s. realizado durante el primer y segundo decanato del signo de Virgo en el Anno Domini 2023.


martes, 30 de mayo de 2023

Un nuevo blasón para un linaje Buxó

 Durante meses he estado entretenido con un par de escudos heráldicos que he ido trabajando en paralelo. Este es el primero que he terminado.

Una aclaración respecto a este primer blasón: es una copia un modelo previo pero del que no he encontrado coincidencia con las armas que le otorgan los Institutos Heráldicos a linajes con este apellido. 

Ahora bien, dado que los blasones corresponden, como señalo, a linajes y no a apellidos, he entendido que —por alguna razón que desconozco— éste no está catalogado.

Como siempre, los cambios sobre la marcha han sido frecuentes...


Hasta llegar al diseño definitivo

A nivel de lemas he utilizado dos:

En la bordura, (ese espacio que rodea interiormente el escudo):

Doctrinæ cultus nemo spernit stultus

Un proverbio medieval que podría traducirse como: «Nadie, salvo si es necio, desprecia la cultura». 

En la filacteria he incluido el lema o divisa propiamente dicho: 

Ubi amici, ibidem opes.

 «Donde están los amigos, ahí están las riquezas», un aforismo de Tito Maccio Plauto. Y aprovecho para señalar que, en el escudo original, no constaba ninguna.



El diseño

Del escudo propiamente dicho: tras empezar con el «español» típico, finalmente me salté las normas y tomé como referencia uno de justas de la Bohemia del siglo XV, más acorde con el resurgir de ciudades y burguesía. 

Lo he representado sujetado por correas al yelmo e inclinado respecto a su eje, en esa posición denominada «en tercerola a la Valona» —tan denostada por algunos heraldistas tradicionales — siguiendo una moda que nos llegó de los Países Bajos en el siglo XVI.

Respecto a las figuras y esmaltes del blasón y los adornos exteriores, su descripción sería: De oro y almenado en su parte superior, con un boj desarraigado en sinople y, sobre su tronco, un oso estatante en sable.

Aunque no sea exactamente así ya que, en esta posición, un animal suele representarse con las partas delanteras juntas. Para su diseño me inspire en el oso del blasón de la ciudad polaca de Przemyśl.

Para la cimera usé una urraca cerrada y regardante. Su diseño está inspirado en un kakemono japonés de autor desconocido.

Acerca del yelmo: tras diversas aproximaciones elegí un «stechhelm» o yelmo de ‘boca de rana’, también renacentista y asociado, a nivel heráldico, a linajes de caballeros y gentileshombres. Por cierto, un yelmo de este tipo lo pintó el gran Durero con tres vistas distintas en una acuarela preciosa.

Respecto a los materiales: He trabajado con técnica mixta sobre pergamino en un formato aproximado al DIN A4. El dorado del escudo es pan de oro sin bruñir. En las siluetas de la bordura y en el oso he utilizado pasta de relieve mezclada con tintas de la serie Calligraphy de Windsor & Newton para conferirles volumen y brillo. 


La encuadernación del texto explicativo

Un blasón es algo muy diferente a una simple página caligrafiada o una inicial decorada. La heráldica, en sí, es una disciplina compleja y, como otras actividades, tiene una terminología propia —los colores, por ejemplo, son esmaltes o metales: el rojo se denomina «gules»; el verde, «sinople»; el negro, «sable»— y cada parte del escudo o división tiene su propia nomenclatura. Y luego están, además, los diferentes símbolos asociados. 

Así que decidí acompañar ambos escudos —insisto, éste ha sido el primero que he acabado— con un texto explicativo del porqué de cada cosa y de los diferentes significados que explicaban la elección de cada elemento.

Y, obviamente, no quería enviar simplemente un .pdf impreso, así que decidí imprimirlo y encuadernarlo. O mejor dicho, varias, porque el resultado no fue satisfactorio en los primeros intentos.

La primera la realicé en formato DIN A5 y, dado que eran pocas páginas, pensé hacer un desplegable que iría unido a las tapas —en una sola pieza y con rebajes para que se pudiera cerrar— sólo por el la primera.

Ahora bien, unir las hojas entre sí planteaba un problema. Una solución fue unirlas por la parte trasera con un ‘cello’, pero era poco consistente.

Otra fue aplicar una fina franja de papel para unir cada juntura, pero el resultado no era estético y alteraba la homogeneidad del grosor de la tripa cuando se plegaba.

Finalmente la opción fue imprimir en un formato más original —26 x18 cm— y, dado que tenía pocas páginas, usar una encuadernación con cosido japonés.

El papel de la tripa ha sido un Ingres de Guarro de tono amarfilado, verjurado y de 108 gr.

El problema ha sido la utilización para la cubiertas exteriores de un papel apergaminado que no ha encolado perfectamente.

En la portada caligrafíé la divisa y en la contraportada el texto de la bordura.  

Para el cosido utilicé cordón encerado de 1 mm. de color rojo.


Ferdinandus, d.s. Trabajo finalizado bajo el tercer decanato del signo de Aries, en el Anno Domini MMXXIII.


lunes, 19 de diciembre de 2022

Felicitación familiar de Navidad, 2022

Estimadas, estimados:

Feliz Navidad y nuestros mejores deseos para un año 2023 marcado por la Recuperación —y no sólo económica—.

Los textos

«Domus Torrijos & Van Schoor desiderat vobis Natale Hilare et Annum Faustum 2023»

El de cada año, en latín, por no perder la costumbre. Que nuestra familia os desea una Feliz Navidad y un Próspero año 2023, vaya.

El texto de ese año: 

A veces, en medio de nuestro sueños somnolientos y nuestros recuerdos infelices, sentimos que Dios nos presta atención por un momento y le pedimos algo con las mismas esperanzas de alguien que, entusiasmado, ha conseguido entregar en mano una petición al Sultán: yo le rogué a Dios que me concediera un hogar feliz lleno de gente que me quisiera.

Orhan Pamuk

(de: Me llamo Rojo, Madrid: Santillana Ediciones, p. 406)


El diseño

He vuelto a 2018. Repito motivo, aunque con un enfoque muy diferente: la orla de adorno incorpora de nuevo naranjas y alcachofas. 

Esta vez la A inicial está basada en un diseño tomado de Sloane 1086   f. 44r-v Fragment of a Bible with the beginning of the book of Daniel.

Las naranjas, aparte de mi pasión por estos frutos y lo hermoso de su color, están relacionadas con estas fechas, aunque no hayan gozado nunca de la popularidad de los consabidos acebos y muérdagos. 

Un poco de historia: Tras el nacimiento de Jesús, Herodes reclama la muerte de todos los niños pequeños —la matanza de los Inocentes— para acabar con el Mesías y José es avisado por un ángel para que tome a la Virgen y al Niño y huyan a Egipto. Aparte de en los Apócrifos, en el Evangelio de Mateo (2, 13-15) se narra ese viaje, del que hay una etapa representada en el arte cientos de veces: el Descanso, o los Descansos. Para amamantarlo o para comer dátiles, por ejemplo, que es de donde proviene de dotar con una hoja de palmera a los santos y santas muertos en martirio. 

Pero sigamos. En nuestro Romancero Popular, en diversas versiones del Romance de la huída a Egipto se relata el primer milagro de un Jesús aún niño que, por mediación de su madre, devuelve la vista a un ciego que les ha ofrecido gratuitamente naranjas para calmar su sed: 

Camina la Virgen pura, 

camina para Belén, 

y en el medio del camino, 

pide el Niño de beber. 

— No pidas agua, mi vida, 

no pidas agua, mi bien, 

que vienen las fuentes turbias 

y no se puede beber.

Allí arriba, en aquel alto, 

hay un hermoso vergel 

con naranjas, que las cuida, 

un pobre hombre que no ve. 

— ¿Me da usted una naranja, 

para el niño entretener? 

— Coja usted, buena señora, 

las que sean menester.

Según coge una tras otra, 

florecen de tres en tres; 

cuando la Virgen se aleja, 

el ciego comienza a ver. 

— ¿Quién es esa gran señora, 

que a mí me hizo tanto bien? 

En los ojos me dio vista, 

y en el corazón también. 

Será la Virgen María, 

que otra no ha podido ser. 



De las alcachofas, honestamente, no tengo ninguna referencia bibliográfica. Eso sí, me pierden rebozadas, con arroz, en tortilla … en cualquier caso, cuando las degusto o simplemente percibo sus efluvios al cocinarlas a la brasa suelen venir a mi cabeza frases com “Madre del amor hermoso”, “Santa María madre de Dios” y similares. A mí me valen.



Los materiales

Con los papeles artesanales me está pasando lo que con las cervezas: no sé hasta qué punto merecen la pena. Me aficioné en su día a los productos de Garzapapel y últimamente no acabo de encontrar un buen sustituto. En este caso el papel ha sido un Meirat  de 25 x 35 cm y 300 gr. hecho a mano a base de lino en Lozoya del Valle y, aunque con la acuarela se ha comportado muy bien, trabajar con plumilla me ha resultado un poco costoso (y sí, de acuerdo, el papel era para acuarela). La solución, tan práctica como poco ortodoxa, ha sido sustituir las plumillas por bolígrafos de gel de 0,38 mm de Muji (ya no sé dónde vamos a llegar). El resto, a repetir lo de siempre: acuarelas Schimincke, pan de oro aplicado sobre la base de Kölner Instacoll y algún dorado en pigmento extra que en la fotografía no destaca. 



Un abrazo. Y alegría.

Ferdinandus, d.s. Trabajo finalizado bajo el tercer decanato del signo de Sagitario, en el Anno Dominice Incarnationis de MMXXII.