viernes, 6 de abril de 2018

El limonero que me pidió Andrea. La protección.

Finalmente, mi esposa ha realizado unas tapas para protegerlo. 
En principio se trataba de elegir entre distintos diseños de iniciales (una variedad de gótica rotunda).

Luego, la elección de papeles para la tapa y las guardas. Para el exterior ha utilizado un papel hecho a mano con tonalidades grises cálidas y una textura con algunos materiales naturales visibles. 
En cuanto al texto, yo era partidario de incluir color pero, finalmente, se aprobó la idea de mi esposa de hacer una cosa muy sencilla, simplemente dibujando el perfil de las letras en negro. Lo cual, he de reconocer, ha quedado mucho mejor que mi propuesta inicial.

Para las guardas, un papel marmoleado en tonos granates, amarillos y grises, que casa cromáticamente muy bien y permite el rojo de las cintas para cerrar las tapas.

En el interior, la caligrafía va en un segundo compartimento formado por una cartulina blanca (base) y un pliego de papel japonés (tapa).

Se cierra con las lazadas hechas con las cintas rojas.
Ferdinandus d.s. bajo el signo de Aries de 2018 A.D. y 2019 A.G.

domingo, 1 de abril de 2018

Un nuevo árbol familiar. El limonero que me pidió Andrea.

Éste es el resultado casi final del trabajo. Faltan todavía algún pequeño retoque y, sobre todo, los nombres la familia a la que va dedicado (por respeto a su intimidad).
Como novedad, he vuelto a trabajar con pergamino de cabra, lo que me ha supuesto bastantes quebraderos de cabeza con la acuarela, el gouache, el aplicador para el pan de oro, la tinta aplicada con plumilla y todo lo demás, ya que es muy fino, se ondula con la humedad y tiene limitaciones con las que aún no he aprendido a lidiar. Tendré que practicar más.
Respecto a los bocetos, como suele suceder, he introducido algunos cambios: la filacteria se ha alargado con adornos en sus dos extremos y, para la unión entre el tronco y la copa he utilizado tres ramas, en referencia no sólo a los miembros de la familia, sino porque deseaba representar una runa nórdica, concretamente la denominada “Algiz”, que remite, entre otras cosas, a la actitud de protección.

Para el fondo he utilizado el azul en degradado representando el anochecer, con puntos blancos en la zona superior, a imagen de las estrellas, y dorados en la inferior, en una especie de alegoría de las luciérnagas hembras, símbolos de la plenitud del verano. 
Como elemento de comunicación entre la tierra profunda —lo ctónico, representado por las raíces— y el cielo —hacia el que se eleva el limonero—, el manto de la tierra —lo telúrico— como un lugar poblado de hierba de donde despegan las citadas luciérnagas. 
Finalmente, una división temática y cromática separada por dos hojas y una orla de hojas y frutos del roble similar a la que cierra por la parte superior. 
Tras ella, el poema de la poetisa estadounidense Ella Wheeler Wilcox (1850-1919) que tanto le gusta a Andrea. Esta es su traducción:
Un barco navega hacia el Este
y otro hacia el Oeste,
impulsados por el mismo viento que sopla.
Es la posición de las velas,
y no los vientos,
lo que determina dónde se dirigen.
El formato es de 42 x 22 cm. aproximadamente.

Ferdinandus d.s. Publicado el Domingo de Resurrección, bajo el signo de Aries de 2018 A.D. y 2019 A.G.