miércoles, 18 de diciembre de 2019

Felicitación familiar de Navidad, 2019

Aquí de nuevo. A contracorriente porque la Navidad, como tal, cada vez “se lleva” menos. En lo ético y en lo estético, que es más grave si cabe. Pero, dado mi agnosticismo confeso, tampoco quiero entrar aquí al trapo.
(Ha sido todo un poco confuso. Aquí, uno de los bocetos descartados)
El texto, esta vez, ha sido cosa mía. Una reflexión que me he hecho en más de una ocasión y que hoy comparto porque me he percatado de que quizás no sea el único afectado por las dolencias de la obcecación y la necedad. 


Por si no se entiende bien la puñetera letra, el texto reza así:
Sentirse feliz de vez en cuando no es difícil: Basta con cambiar de propósito y, en vez de lamentarnos por nuestras carencias, orientarnos al goce de lo que nos es accesible. E insistir, porque, demasiado a menudo, nos perderán tanto nuestra obcecación como nuestra necedad.
En cuanto a la forma: este año he intentado recargar la imagen un poco menos aunque, conociéndome, sabía de antemano que era tarea imposible. A nivel iconográfico he repetido el acebo —cariño que le tengo a esta planta— y, como curiosidad, en vez del muérdago he introducido el roble (alguna razón habrá). Materiales, los de siempre: la Winsor & Newton roja, las acuarelas Schmincke, algunos guaches de la Talens y el papel de acuarela de 300 gr. de Garzapapel, en el que siempre caigo y con el que tengo el problema de que las plumillas no corren demasiado bien en esa superficie rugosa que me encanta pero que me agobia.


Y las reflexiones, este año las dejo para cada cual, que ya somos todos mayorcitos y, con los tiempos que corren, vete tú a saber si cometo alguna incorrección política.
En cuanto a lo de sentirse feliz de vez en cuando, la verdad, yo voy a intentarlo en la medida de mis posibles. Allá vosotros. 
Que tengamos todos un buen año, que falta nos hace.


Ferdinandus, d.s. Finalizado en el tercer decanato de Sagitario, el decimoséptimo día del mes de diciembre del Anno Dominice Incarnationis de MMXIX.