lunes, 22 de febrero de 2016

Ser feliz, a mi edad. Un texto de Jaime Gil de Biedma

Ser feliz a mi edad es serlo como si no lo hubiera sido nunca: como estar en lo alto de un  monte y ver el mundo, ver los tiempos; es la vida sin fechas, ayer, hoy y mañana, y el contemplador ya casi no soy yo. La maravillosa hermosura de la vida cuando por unos momentos coincide con ella misma.
                                          Jaime Gil de Biedma

Los trabajos no siempre siguen el ritmo prefijado. A veces da la sensación de que tengan vida propia y exijan sus propios tiempos. Empecé éste hace ya semanas, pero hasta los últimos días no he tenido claro cómo acabarlo. De hecho, todavía ahora no estoy seguro. Pero pensé que ya estaba bien de marear la perdiz y lo he finalizado. Que una cosa es ser tolerante y comprensivo con ellos y otra malcriarlos.
Cuando recibí este poema de mi amiga Amparo —gracias, como siempre— primero pensé en mí y en uno de mis hermanos, Pablo, dado que ambos pasamos ya de los 60. Pero luego, tras releerlo varias veces sin saber por dónde empezar me vino a la mente la imagen de mi padre, que en unos meses cumplirá 91. Y entonces todo fue más rápido y, sobre todo, más claro. 

Verde y otros colores vivos, flores, insectos. Naturaleza. Vida. Brillo. Es así, a pesar de sus achaques. A mí me gustaría parecerme a él en muchos aspectos, pero he de reconocer que no llego. Y firmaría por llegar a su edad con su salud física y sus ganas de vivir. Pero también la vida, como los trabajos, sigue sus propios ritmos.
Esta vez, por cierto he invertido el proceso: primero el texto y luego la inicial.

Lo he realizado sobre un papel de acuarela de Garzapapel de 20 x 20 cm., como puede verse en el logo grabado en la esquina inferior izquierda, que me ha supuesto algunos problemas con las plumillas y los estilógrafos y me ha obligado a trabajar más con pincel fino. 

A nivel de pigmentos he utilizado de todo. El texto está caligrafiado con acuarelas — Schimencke Akademie—, el rojo es guache —Bermellón 311 de Talens—, los puntos y línea blancas son tinta y gouache, en las flores he combinado acuarela para el fondo y tinta para perfilar; el negro, que en el original es intenso y brillante, es la acuarela Negro marfil 780 de Schimencke Horadam.
Las iniciales del nombre del autor fueron un invento de resultado no muy brillante, pero es que me apetecía enredar un poco y ver qué conseguía.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Acuario

domingo, 21 de febrero de 2016

Memento (Recuerda). Reflexiones.

¿Es posible estar totalmente seguro de algo y, pasado el tiempo, estar todavía más seguro? La respuesta, obviamente, es sí.
Me ha pasado a mí con una opinión que tengo casi aburrida de tan recurrente: saber que a mi peor enemigo lo llevo dentro. Ya sé que es difícil de entender, porque a la gente común estas cosas no suelen pasarle, pero a mí me tiene amargada esta historia. El tal es un tipo que se me asemeja bastante —aunque no soy exactamente yo— y con el que convivo desde que guardo recuerdos. Es al que he bautizado como “mi Yo Imbécil”.
Es pretencioso, negativo, poco dialogante, sin empatía … un imbécil, vaya. Pero está ahí y por más que he luchado por echarlo el tipo sigue de okupa y encima haciendo ruido con excesiva frecuencia. Y lo que es peor, a veces tengo la sensación de que me es necesario, de que tiene una función que todavía no he descubierto, de que debería aceptarlo.
Lo cual me tiene sumergido, a ratos, en una especie de vaivén emocional cuanto menos curioso.
Entre tanto, a él le dedico esta caligrafía, no tanto para que desaparezca —tarea no ya ardua, sino imposible y quizás, incluso, indeseable— sino para que, al menos, se tome un descansito de vez en cuando y no dé tanto por el saco.
Alguna vez, otra parte de mí, desgraciadamente más esquiva y menos evidente, e igualmente similar a mí, pero también sin ser exactamente yo —“mi Yo Sensato”, la llamo— se me acerca quedo, me pone su mano en el hombro —metafóricamente, se entiende— y me dice por lo bajo: “tocayo, esta mañana de nuevo el Otro se ha hecho cargo de la situación y veo que domina el tema”. Y cuando asiento con la cabeza, sin mediar más palabras, él prolonga el silencio hasta que pesa y entonces pontifica, alegremente: “Estamos bien jodidos”.
Son esas mañanas, demasiado frecuentes, en que me despierto encerrado en una sensación de rutina, y me cuesta trabajo entender el inmenso privilegio que significa abrir los ojos a un nuevo día.

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Piscis

jueves, 18 de febrero de 2016

Memento (recuerda)

He dejado el trabajo de la S anterior para terminarlo después. Emocionalmente, necesitaba más tiempo.

Ahora de nuevo el azul cobalto, el blanco y el dorado. De vez en cuando necesito relajarme, dejarme llevar. Olvidarme.
  
      "Recuerda: Levantarse por la mañana se ha de vivir como un privilegio, 
        no como una rutina".

La frase la había visto en más de una ocasión y con algunas variables. Siempre me había resultado seductora. 

La última vez que la leí —y no exactamente como la caligrafío— fue en un artículo precioso sobre creatividad de un escritor de nombre prácticamente impronunciable (Mihaly Csihszentmihalyi). Que una de mis hijas también conociera al autor y que compartiéramos el placer de su lectura me animó finalmente.

Es una frase sencilla que insiste en la necesidad de vivir lo cotidiano, de agradecer cada momento ¿y qué mejor momento para empezar a vivir en positivo que el de levantarse cada mañana?
Un alegato contra esa forma de necedad que es la rutina, una realidad que no está en otro sitio que en nuestra mente.
Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Acuario

p.s. El artículo al que antes hacía referencia, y cuya lectura recomiendo, se titula “Potenciando la creatividad personal” y puede encontrarse, entre otros sitios, en http://www.neuronilla.com/index.php?option=com_content&view=article&id=485/86

martes, 9 de febrero de 2016

S de Santi. Bocetos para una inicial.

Recibí una frase inspiradora del poeta Jaime Gil de Biedma —gracias, Amparo— y he empezado a trabajar en la S inicial. 
Dadas sus referencias al paisaje decidí decorarla con animales y flores. 
A la S he intentado conferirle una forma que recuerde hojas. 
En el caso del caracol, el caparazón está directamente inspirado en una ilustración del maestro flamenco del S. XVI Joris Hoefnagel. 

Tanto la inicial como el texto irán en tonos verdes e introduciré alguna decoración en dorado.

Dado que el texto irá en un especie de gótica cursiva, intenté idear unas iniciales para el autor que no fueran las correspondientes.

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Acuario