jueves, 12 de julio de 2018

No somos más que el tiempo que nos queda …

Karmelo C. Iribarren (n. 1959) es un poeta que ha sido otras cosas —fontanero, camarero en una residencia de ancianos, tabernero en la parte vieja de San Sebastián …— así que algunos de sus poemas se impregnan de ese aire poco académico que a mí tanto me gusta. 
«Un día bueno», se titula éste, y creo que pertenece a Las luces interiores
Dice así:

No somos más
que el tiempo que nos queda
caminando hacia el olvido 
que seremos.
Es duro, pero es así.
El resto, literatura.
Lo mejor
es no pensarlo mucho:
seguir andando, 
tomar cafés, enamorarse,
ver la lluvia….

La realización ha sido desastrosa, en serio. Muy entretenida también, tengo que reconocerlo. Ya empecé con el boceto de unas iniciales que no acababan de convencerme, el papel tampoco ha colaborado porque las plumillas rascaban, el diseño me ha adelantado por la derecha y el sistema de trabajo ha sido un poco eficiente: un error seguido de una equivocación y luego vuelta a empezar. 

Al final, con alguna chapuza de esas que es mejor evitar, creo que he conseguido que nada se note demasiado. 
Para darle algo de volumen a las iniciales, por ejemplo, utilicé una nueva pasta de relieve —o como tal me la vendieron, no citaré la marca por si es que no la utilicé como debía— que no acababa de secar nunca y a partir de ahí, hala, a recorrer el caos. 
Al final, lo único decente, me temo, es el poema de Iribarren, al que aprovecho para felicitar y pedir disculpas al tiempo.

Entretanto: Me dejo de literatura; no lo pienso mucho —más me vale, porque sólo me faltaba empezar a darle vueltas—; sigo andando, aunque sin premura; tomo café —descafeinado, una vergüenza, lo sé—; sigo enamorado —por llamarlo de alguna manera, aunque no es un concepto que me defina— y espero — a ver si mengua un poco este jodido calor — ver también la lluvia alguna de estas tardes, pero sin que llegue a diluviar, claro, porque, visto lo que ha caído por ahí, menuda ilusión y sólo falta que encima me coja a descubierto.
A ver si me pongo las pilas, vuelvo a practicar, me deslío un poco y hago algo más digno, aunque muchas ganas, la verdad, no tengo.

Ferdinandus d.s. Publicado bajo el tercer decanato del signo de Cáncer, el duodécimo día del mes de julio del Anno Dominice Incarnationis MMXVIII.


miércoles, 11 de julio de 2018

Bocetos de iniciales para un poema de Iribarren

Llevaba mucho tiempo sin hacer nada, pero nada, y con algún tema pendiente. Así que empecé por un poema que me encanta titulado “Un día bueno”.
La falta de práctica no sólo entorpece la mano; desestructura también el ánimo. Hice unos cuantos bocetos y no acabó de gustarme ninguno —éste tampoco, por supuesto— pero me dije aquello de “Hecho es mejor que perfecto” y me puse a ver qué salía. Y esto es lo que ha salido.

Originalmente la inicial E era diferente a las otras dos, pero finalmente, al reducirla, no lograba encajarla con el texto y, dejando los bocetos inconclusos, los guardé para desarrollarlos en otra ocasión. Incluidas las orlas, que también me acabaron sobrando.

En fin, que comenzaba inmerso una especie caos mental. 
Ferdinandus d.s. Publicado bajo el tercer decanato del signo de Cáncer, el undécimo día del mes de julio del Anno Dominice Incarnationis MMXVIII.