sábado, 9 de noviembre de 2013

La menor de mis hijas cumple los años.

1ª parte: dándole vueltas a algunas ideas
Esta vez empecé con tiempo. En agosto, como método para olvidar los calores, empecé los primeros bocetos.
Después de varios intentos me decidí por una imitación de esas labores de punto que hacían —y aún hacen— algunas mujeres. Dejé de lado capitulares, dorados, relieves y góticas y me limité a trabajar con su nombre.

Esta idea de hacer una caligrafía teniendo como base un bordado tipo vainica o bolillos no fue mía: he de agradecérsela a la diseñadora Jessica Hische, que tiene un par de trabajos que removieron mi memoria y me devolvieron, por unos instantes, a imágenes ancladas en mis recuerdos de niñez.
2ª parte: la realización
Siempre he defendido la relación entre el fondo y la forma. En este caso, la idea básica que he intentado transmitirle es la importancia de recuperar la práctica de las virtudes, especialmente las de la humildad y la paciencia. 



El texto con la dedicatoria, y en el que justificaba los aspectos formales, decidí escribirlo con una caligrafía sencilla en el reverso, lo que me permitía hacerlo más largo.

Y este ha sido el resultado. Curioso, cuanto menos.



3ª parte: montando el estuche
Hacía tiempo que no enredaba en encuadernaciones y, además, me parecía que el trabajo quedaba un poco "desnudo", así que para rematar la presentación decidí hacerle unas tapas.

He seguido trabajando con la gama de azules y he añadido un toque de negro en las cantoneras y el lazo para atar. 

Realmente, hacía mucho tiempo. Y ahora que está concluido, me doy cuenta de algunos errores. Un día, con tiempo, me dedicaré a dejar escritas, como recordatorio, las pautas y protocolos para lograr un trabajo correcto. Un día de estos.

P.S. Sobre los materiales
El papel utilizado es artesano, de 40 x 20 cm., fabricado con fibra de algodón y barbas naturales a los cuatro lados de la casa Garzapapel, de Alcoy. Yo lo encontré en Vicenç Piera, (Córsega, 298, Barcelona). Curiosamente, en la tienda on-line de la papelera (www.garzpapel.com), donde he comprado papel para trabajar con plumilla, no lo he visto. El papel de la tapa —también artesano— y el de las guardas los encontré en Raima (Comtal, 27, Barcelona), aunque como van cambiando el catálogo no es seguro que siga estando.
Para la caligrafía he utilizado un simple bolígrafo de gel color azul turquesa  de 0,38 mm. de grosor de trazo. No tiene marca.

Ferdinandus, d.s.