En realidad quería hacer otra cosa, pero los compromisos, los calores, un par de intentos fracasados y, por qué no reconocerlo, cierta abulia estival, me han limitado mucho. Y esto es lo único conseguido en un largo mes de verano.
Esta frase siempre me ha encantado. Complementa a la célebre Ley de Hlade (falsamente atribuida a Bill Gates), que reza así: “Si tienes una tarea difícil, encárgasela a un vago: encontrará una manera más fácil de realizarla”.
Si este otoño/invierno me decido, las caligrafiaré juntas y las presentaré con tapa, como las había pensado al principio. Si me decido.
El diseño del sol está tomado de un plato de cerámica que decora “Els Quatre Gats”, un lugar donde recalar a tomar algo cuando voy a Barcelona con mi esposa (en sus mesas se sentaron, en su momento, un joven Pablo Picasso o Santiago Rusiñol) y me he decantado por el azul y el blanco —sin más que un poco de dorado por aquello del sol— porque pocas hay como el Mediterráneo que representen tomárselo con calma.
P.S. 1. Cerámica con las inscripción, en catalán: “No ensuciéis las paredes. La limpieza es una gran muestra de civilizacion”; en Sitges, tocando el Mediterráneo, con estos mismos colores.
P.S. 2. La lectura de “El derecho a la pereza”, del revolucionario Paul Lafargue —yerno de Karl Marx, aunque mucho más divertido— es recomendable antes de que lleguen los fríos.
P.S. 3. Las tintas doradas son limitadas. A ver si alguien me enseña a dorar con pan de oro en condiciones.
Ferdinandus, d.s.