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miércoles, 6 de abril de 2016

Nada mejor que una mezcla de flaquezas…

Nada mejor que una mezcla de flaquezas para atemperar la arrogancia humana. Ellas nos dan la lección justa para que no nos ensañemos con el prójimo, porque muy a menudo somos nosotros quienes merecemos el castigo. Cuando, iracundos, condenamos, nos llaman suavemente la atención y nos aconsejan dulzura en voz baja.

Citado en Una mezcla de flaquezas, tercer volumen de la Trilogía de Salterton, de Robertson Davies

Trabajo realizado sobre un papel de dimensiones aproximadas al DIN A4, aunque no perfectamente escuadrado, y con barbas a los cuatro lados, del Molí Paperer Ca l’Oliver.
A veces me pregunto si mi afición es la iluminación medievalizante o el dibujo lineal. Mi tendencia a utilizar regla, cartabón, escuadra y plantilla de curvas va en aumento, y en esta inicial se muestra en su apogeo. 
Debe de significar algo, me digo, pero no sé qué. 
Para los trazos base, como siempre, he utilizado uno de mis estilógrafos Staedtler marsmatic700 de 0,3 mm. cargado con tinta roja de Winsor & Newton.

La inicial la coloreé con acuarela Schmincke cadmium (332) sin preocuparme demasiado de la unidad de tono. Posteriormente apliqué goauche rojo con tiralíneas y, para finalizar, finas líneas de tinta blanca con una plumilla muy fina. (Winsor & Newton 974).

Al final, cuando ya estaba casi concluido, acabó agobiándome tanta recta y tanto espacio en blanco. Y entonces lo vi: un bonito palillero con una plumilla Leonadrt 40 que había comprado para hacer letra inglesa y que tenía abandonada. Y me enredé a hacer volutas. Y ya está. Flaquezas, creo que todo son flaquezas.

Para el texto he vuelto a utilizar la tinta sepia —a pesar de parecerme demasiado oscura— de Winsor & Newton serie Calligraphy aplicada con una plumilla Spedball C 3.
Para el dorado esta vez he hecho lo siguiente: aplicar varias veces una mezcla de gesso, bol de armenia, pasta de relieve y agua azucarada a cada círculo marcado previamente. Un vez secos, pulirlos y aplicar mixtión para fijar el pan de oro.

Ferdinandus, d. s. Bajo el signo de Aries del 2017 A. G.

lunes, 26 de octubre de 2015

T de Teresa

El resultado final. He utilizado un papel con barbas a los cuatro lados, de poco gramaje y un suave color crema. Me encanta la textura de estos papeles artesanales —desconozco la marca, lo compré hace tiempo— pero tienen algunos inconvenientes, siendo el más importante que las plumillas rascan la superficie y eso me plantea problemas, si bien con pigmentos aplicados con pincel ha funcionado de maravilla.

Como ya indiqué en la entrada anterior, la inicial ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de su corta vida. La última, una simplificación de algunos trazos en su aplicación a ser la inicial de un texto, ya que el tamaño, menor, dificultaba las cosas.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Escorpio

miércoles, 14 de octubre de 2015

El Árbol del Conocimiento. Versión 2.

Para está versión he utilizado el mismo tipo de papel, también granulado aunque con una textura diferente, barbas a los cuatro lados y tono crema. El formato sigue siendo el DIN A4.
El diseño del árbol fue prácticamente el mismo que en la versión anterior, pero cambié por completo la serpiente, a la que le di una forma de espiral hacia el interior.

He limitado la gama de colores y he trabajado con acuarelas y con tinta roja. La idea de romper tradiciones y hacer el árbol en azul se la debo a mi esposa, más moderna —o menos condicionada por la tradición— en algunos aspectos que yo. Tuve problemas para la elección de tonos con la serpiente, ya que hubiera deseado hacerlo todo en azul, pero no destacaba lo suficiente.

No me han acabado de convencer los frutos en dorado (12, como siempre); en cambio, la idea de invertir los colores entre el tronco y la raíz y el degradado en la “toma de tierra” me ha gustado. 
A las letras hebreas les di algo de volumen y brillo. El resultado es muy mejorable pero también seguiré experimentando.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Libra.

lunes, 12 de octubre de 2015

El Árbol del Conocimiento. Versión 1.

No es la primera vez que trabajo con el tema del Árbol. Si Dios quiere, no será la última. Me he sentido siempre atraído por su simbolismo: sus formas, sus números, los primeros vestigios de ofidiolatría en la tradición judeo-cristiana, la génesis del dragón vinculado al conocimiento y la naturaleza recuperado después en el ciclo artúrico… El árbol, siempre recordado.
En el Génesis no se habla de uno, sino de dos: el del Conocimiento (עֵץ הַדַּעַת טוֹב וָרָע) ampliado a “del Bien y del Mal” y el de la Vida —éste último también presente en otros sistemas míticos—. Adán y Eva tenían prohibido comer del primero, ya que hacerlo les permitiría entender la existencia del segundo y, si comieran también de sus frutos, alcanzar también ellos la divinidad.
La historia siempre me ha parecido inquietante por varias razones: en mi juventud despertó mis primeras suspicacias frente a un Dios que jugaba con unas reglas que ni entendía ni compartía; después observando la persistencia de la defensa de la ignorancia como fuente de felicidad (creo recordar que era la secta de los nestorianos la que tenía como lema, para alcanzar la plenitud, el “ignota nulla cupido”, la ausencia de deseo de lo desconocido); finalmente, al entender ciertas inquinas de la religión contra la ciencia. 
Pero lo que siempre me atrajo más fue su idea de Utopía suprema: tras la expulsión de Adán y Eva, Yahvé no destruye el Paraíso: simplemente pone como guardianes a unos querubines para impedirles a ellos y sus descendientes que regresen, coman los frutos del Árbol de la Vida y se conviertan, de esa manera, en Dioses.

A nivel “técnico”, con esta primera versión tuve diversos problemas (no me acababa de gustar la forma de enroscarse la serpiente, metí la pata con el dorado de los frutos…). Tantos fueron que opté por tirarlo y hacer un trabajo nuevo. Pero me dije que no debía rendirme, que los errores están para aprender y que por ahogados, al río. 

Y a base de correcciones y chapuzas, he logrado un resultado más o menos —aunque más menos que más— decente. 

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Libra
P.S. El tema del árbol, del que este trabajo es complementario, lo he tratado también, por ejemplo, en:  http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2012/02/oracion-de-la-serenidad-boceto-de-la-s.html 


lunes, 5 de octubre de 2015

Soy del Sur

Noto que voy haciéndome mayor. Lenta, pero inexorablemente. Un detalle: cada vez leo menos cosas nuevas. Si no tengo referencias fiables, o tengo el libro en las manos y lo hojeo con detenimiento, me cuesta trabajo abrir un novela o un ensayo que no conozca. En cambio, hay una serie de libros en casa —y alguno en la biblioteca que hay cerca— que he leído una y otra vez. No de principio a fin, sino por partes. Tomo uno de ellos, lo abro y comienzo a leer; me detengo de vez en cuando, reflexiono, comparto a veces pensamientos. Luego, cuando considero que ha sido suficiente, lo cierro y lo coloco de nuevo en la estantería. Y otro día haré lo mismo con otro libro. 


De vez en cuando leo a De Crescenzo. Disfruto de las opiniones de uno de los personajes de sus obras, el profesor Bellavista. Y este verano, con la canícula apretando y cierto desasosiego general, me dio por caligrafiar simplemente una frase que era, más que una afirmación, un deseo: Soy del Sur. Con muchas reflexiones detrás; porque, en realidad, me siento más del Norte, aunque a veces me duela. 


Empecé con ilusión, cometí errores de bulto, no me gustó para nada el resultado. Comencé de nuevo. Cambie el diseño y la decoración, elegí tonos más pastel para los decorados, introduje un Sol. Volví a dejarlo en el cajón. 

Hace poco lo recuperé y me decidí a acabarlo, aunque sigue sin ser lo que esperaba. Esta vez parece que sí, que he sido del sur. 

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Virgo.

martes, 21 de julio de 2015

Caligrafías para Bélgica. 1. Tante Miet.

Miet es una persona mayor. A lo largo de su dilatada vida ha sido siempre amable, cariñosa, generosa con toda la familia. Y ahora era uno de esos momentos en que hay que decírselo, agradecerle que haya estado siempre al lado de todos y que siga ahí.



Había dos opciones a nivel de redacción con la misma idea:

1. Cada persona que pasa por nuestra vida es única, siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

2. Cada persona que pasa por nuestra vida nos cambia: deja un poco de ella y se queda algo nuestro.



Al parecer, en flamenco queda más poética la opción1. Así que eso fue lo que se tradujo:

Elke mens die wij ontmoeten in ons leven is enig, laat altijd iets van zichzelf en neemt een stukje van ons mee.

Por cierto, la E inicial y los adornos han estados inspirados en diferentes mayúsculas del libro Chants royaux en l'honneur de la Vierge au Puy d'Amiens 1501-1600. 


Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Leo

viernes, 17 de julio de 2015

St. Gallus y el oso. Versión sin ilustración.

Me apetecía centrarme más en el texto.
Y tenía ganas, además, de trabajar con un tipo de letra concreta, la batarde.
Me acabó de decidir una tipografía de este tipo para ordenador muy curiosa que me atrajo desde el primer momento: La 1413 Cursive. En algunos aspectos era similar a otras, como la diseñada por Claude Mediavilla, pero tenía variantes muy curiosas. Y una característica muy particular: es prácticamente ilegible (véase un fragmento de texto impreso tal y como queda utilizando esta tipografía):
En Times: “No sé si conoces la leyenda. A comienzos del siglo VII, un monje irlandés llamado Gallus vino a este rincón del mundo a convertir a los montañeses paganos. Creo que eran adoradores de osos”.
Me remitió a mis años de estudiante y al recuerdo de algunos comentarios de una compañera que estudiaba paleografía: se quejaba de que había textos que eran prácticamente imposibles de descifrar. O sea, que si creemos que durante la Edad Media y el Renacimiento todos los amanuenses copiaban en gótica o uncial con letra clara y precisa estamos muy equivocados.
De entre las minúsculas me resultaron interesantes:


La e, que semejaba una mayúscula pero perdiendo el trazo medio. Tanto esta letra como la n, si eran la última letra de una palabra, iban decoradas con una gracia hacia arriba.

La s, para la que, igual que Mediavilla, se proponen dos modelos muy distintos, según la letra vaya al principio o en medio de la palabra, o al final
Y luego están las mayúsculas, que son otra historia.
Obviamente, las retoqué a mi gusto para que, sin perder la esencia, fueran un poco más comprensibles (la a y la r, por ejemplo, no me gustaban nada y las cambié).

Seguiré trabajando con esta tipografía, cambiando lo que necesite hasta hacerla a mi gusto. Un ataque de esa “creatividad” que comentaba en el post anterior.

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Cáncer.

domingo, 12 de julio de 2015

Variantes sobre una H inicial

Hacía tiempo que tenia ganas de trabajar con una H capitular que descubrí en Flickr. La referencia exacta de la original es:
siendo también la página principal realmente interesante:

Pues bien, ahora que me he decidido a caligrafiar dos frases complementarias, una de las cuales comienza con H, me he puesto a hacer algo a partir de esta idea.

Para empezar, comencé aplicando la antigua idea que preconizaba mi suegro: ¿por qué fácil si difícil también se puede?

Y sí, se me ocurrió la brillante idea de desmenuzarla en sus trazos básicos, y luego, a partir de modificaciones en ellos, montar la nueva variante. La idea me parecía buena.

Fue un fracaso, pero me lo pasé bien intentándolo. Y aprendí sobre ciertas características de las curvas.

Finalmente, y después de varios intentos, conseguí dibujar algo que me no me disgustaba. 


Empecé a ponerlo en limpio pero no me acababa de convencer, así que dejé el trabajo a medias y vuelta a las modificaciones sobre la H inicial. 

El último intento, de hoy mismo, es éste. A partir de aquí, y ya no muevo más, empezaré un día de estos mi nuevo trabajo.



Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Cáncer.