martes, 15 de diciembre de 2020

Felicitación familiar de Navidad, 2020

 Feliz Navidad. Las variantes de este año: he probado un papel diferente, con otra textura y también he introducido elementos en relieve, tanto en forma de texto como en el tronco del acebo o en las líneas separadoras. Con dos problemas que había previsto pero que no he podido solucionar del todo: 1) conseguir con un suplemento de cartulina el grosor necesario para que se percibiera bien el relieve en un papel de 300 gr. y 2) ser capaz de colocarlos en el lugar exacto que les correspondía teniendo en cuenta que era la parte final del trabajo. 

En un momento determinado, y teniendo en cuenta que este año lo he empezado con tiempo suficiente, hasta he estado tentado de dejarlo como estaba y comenzar uno nuevo; la última vez fue cuando, por un falso movimiento, ensucié la superficie con uno de los papeles en que secaba los pinceles —todavía puede verse la suave mancha entre la “i” en relieve y la “n” de non

Finalmente decidí dejarlo así: si cada ejercicio refleja, de alguna forma, algo de lo que está pasando, de lo que vivo, pensé que debía permitir que permanecieran aquellos restos que muestran la crisis, las limitaciones de movimientos, los errores, el impacto de noticias poco constructivas.

También, por eso, esta vez cambiamos el texto del comienzo. Felicitamos la Navidad, como cada año, pero respecto al próximo 2021 ya no deseamos simplemente un “Feliz Año” sino, con humildad, que sea “un poco mejor que éste”, tal y como puede leerse en diferentes lenguas en la filacteria que abraza el tronco del acebo. Siempre con nuestros mejores deseos, tanto para nosotros como para vosotros pero, tal y como están las cosas, pensamos que más valía ser prudentes en las peticiones. 

La frase principal, la propuesta de reflexión, estuvo clara desde el confinamiento: “No podemos tener una vida perfecta sin amigos”. Se le atribuye a Dante Alighieri  y quisiéramos, eso sí, ampliar el significado de la palabra amistad, en este contexto que vivimos, tanto a la familia como a los simples conocidos —y casi desconocidos— que durante estos meses nos han ofrecido, muchas veces desinteresadamente, su ayuda y su apoyo. Y con “nos” no queremos limitarnos únicamente a nosotros como familia, sino incluiros y entendernos como comunidad.

Ferdinandus, d.s. Finalizado bajo el signo de Escorpio, en su tercer decanato, del Anno Dominice Incarnationis de MMXIX.

martes, 8 de diciembre de 2020

Bocetos de una N para la felicitación navideña

 Este año comencé la tarea mucho antes. Quizá haya sido un error; trabajo mejor bajo presión. O no, y eso pretendo creer para seguir procastinando cuando me apetece. El caso es que, recién empezado septiembre ya había realizado ensayos y a mediados tenía la inicial preparada. 

Había decidido que este año la felicitación navideña familiar incluiría relieves, a pesar de que sabía que eso plantearía problemas al tenerlos que combinar con ilustración en color. Porque, obviamente, los relieves deberían ser lo último en hacerse.

Tras diversos intentos, limité las formas de la N capitular a tres.

Luego me dediqué a decorarla



Luego recorté el “molde”


Y finalmente hice una primera prueba de relieve sobre papel de boceto de 80 gr. 



Ferdinandus, d.s. Finalizado en el tercer decanato de Virgo del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.


sábado, 3 de octubre de 2020

Iniciales lombardas para una percha de mascarillas

 A menudo lo cotidiano nos invade hasta en esos momentos que pretendemos dedicarnos a nosotros. Lo cual está muy bien, por cierto.

En este caso, el uso habitual de mascarillas, que nos llevó primero a comprarlas y luego a artesanalizarlas (me acabo de inventar un verbo, espero que se me entienda) ha generado, al menos en mi casa, la necesidad de un sitio específico donde colocarlas. Algo que, sólo hace unos meses, ninguno nos habíamos planteado. 

Así que el otro día mi esposa recicló un viejo marco de fotografías y me dijo: Fernando, haz unas iniciales sencillas y legibles para que esto quede un poco mejor. Y eso ha sido todo. Tomé como modelo unas letras lombardas, las rediseñé a mi gusto y aquí están: sin ningún tipo de florituras ni decoraciones, con simple tinta roja sobre una cartulina de 160 gr. Y poca cosa más.

Una reflexión: algo hermoso de la vida a lo que a veces no prestamos atención es a todas esas cosas que, siendo “y poca cosa más”, suman horas vividas, momentos compartidos, sensaciones, aprendizajes, relaciones… pueden ser un té virtual con una amiga o una charla vía FaceTime con mi hijo, un paseo por la arena de la playa, cocinar al lado de mi hija, ver en pareja un capítulo de cualquier serie o, como ahora mismo, hacer unas sencillas letras para que quede más vistosa la percha donde colgamos las ahora omnipresentes mascarillas.

P.S. Las iniciales, por cierto, no son casuales; corresponden a Andrea, Godelieve y Fernando, los que actualmente convivimos aquí.

Ferdinandus, d.s. Realizado en los dos últimos días del primer decanato de Libra del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.


martes, 4 de agosto de 2020

Un árbol —o tres— para mi hermano Pablo

Este ha sido uno de esos trabajos largos. No por la laboriosidad, sino por la desazón que lo ha acompañado. 

De una primera versión tengo ya bocetos del 22 de marzo. Estábamos en pleno confinamiento. Era el mismo árbol, pero diferente. Encerrado en un óvalo en vez de en un círculo, incluía también retortas,  matraces, un fuelle y otros elementos relacionados con la alquimia. 

Se me ocurrió pintar las hojas de una forma totalmente diferente, usar fondos claros. Y en un momento dado todo me superó y lo dejé reposar. 

Luego se me ocurrió hacer lo mismo pero de una manera más tradicional. Y a primeros de mayo comencé éste.

En estos meses han pasado muchas cosas y he ido intercalando otros trabajos.

Y ahora por fin lo veo acabado. A mi esposa le gustaba mucho más el otro. A mí la verdad es que también; lo tengo ahí, en espera de algún día en que sienta que es el momento de finalizarlo. 

Entre tanto, el actual:

El árbol, en realidad, son tres tejos con los troncos entrelazados. Dos hembras y un macho. 

Las hembras pertenecen a dos subespecies diferentes, el tejo negro común Taxus bacata (frutos rojos) y la variedad Taxus bacata lutea (frutos amarillos). Bueno, en realidad uso la palabra “frutos” para entendernos porque, al ser una planta gimnosperma, lo que se ve es el arilo, o cubierta carnosa que recubre la semilla.

El macho se caracteriza por producir unas estructuras esféricas —doradas en mi árbol— capaces de liberar polen.


El tejo es un árbol al que mi hermano le tiene mucha querencia. Es realmente curioso: no sólo hay machos y hembras —hay otros árboles que también poseen esta diferenciación sexual— sino que se extiende la teoría de que pueden cambiar de sexo —aunque muy lentamente— con la edad y las condiciones climáticas (el tejo de Fortingall, en Escocia, de unos 5.000 años, parece ser que está “dando el cambio”). 

Además de tener la mejor madera para fabricar arcos, por lo que se le utilizó como símbolo de la guerra en la Edad Media, en la mitología celta —Ydgrassil— es un árbol funerario y se relaciona con la runa sagrada Eihwaz, que simboliza el eje vertical que permite el paso del mundo terrestre al celeste.

En este caso, acompañándolo están un ouroboros que forma el símbolo de infinito rodeando los troncos, una planta de Datura extramonium (a nuestra derecha), otra de Atropa belladona (a nuestra izquierda), y una hembra de Mandrágora officinarum, cuyas hojas salen del círculo y cuya raíz enlaza con la del tronco macho central. Cerrando esa unión, en dorado, una letra hebrea Peh, que corresponde a la P pero también a la F.  En la parte superior derecha, emergiendo del follaje, un cuervo.

Los significados de todos estos elementos —que haberlos, haylos— son tan amplios que dejo su interpretación al antojo del que lo desee. 

En la filacteria puede leerse, «Paolo, T. P. Fratello, nato vicino a due fiumi sotto il signo della Vergine dell’anno Dominici Incarnationi MCMLII». En italiano, en recuerdo de algún origen.

Ferdinandus, d.s. Finalizado entre el segundo decanato de Leo del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.


lunes, 27 de julio de 2020

F de Fernando, con hojas.

No sé si hay demasiadas personas capaces de juzgarse a sí mismas con un mínimo de imparcialidad. Yo no, desde luego. Así que, para organizar mi inicial decidí no imaginar nada, recurrí a un F bastante común —y que quedó demasiado gruesa al final, pero no me percaté hasta bueno le di color—,  y asumí un poco del resto de las iniciales de la familia, como para significar algunas de mis grandes dependencias emocionales: Las hojas son de forma hastada, como las que utilicé para la G mi esposa; sus colores —así como los de los pequeños frutos— son, en cambio, la combinación de los utilizados en las iniciales de mis hijas e hijo.
Inscribí mi inicial en un hexágono regular —esta vez afinidades con el número seis— y, como en el caso de la G de Guillermo, tardé unas dos semanas hasta que me decidí por la tipografía del título que he hecho coincidir con la suya.

Estos días está haciendo mucho calor. Y lo noto.
Ferdinandus, d.s. Finalizado entre el segundo decanato de Cáncer y el primer decanato de Leo del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

sábado, 25 de julio de 2020

G de Guillermo con hojas

Era de esperar. En un momento dado me pregunté ¿por que no hacer las iniciales de todo el conjunto familiar e integrar así también a los varones? Y de este modo comencé, simultáneamente, a dibujar una G para mi hijo Guillermo y una F para mí mismo.
Guillermo siempre nos ha parecido complejo y brillante —a su manera, por supuesto— por lo que me planteé insertar su inicial en un heptágono regular —afinidad simbólica con el número siete— y utilizar colores relacionados con el Sol, ya que nació bajo el signo de Leo. 

Decidí utilizar el amarillo limón para la base y, además del pan de oro, usar también la tinta dorada de la serie Calligraphy Ink de Winsor & Newton añadida en algunas partes.

Para romper la monotonía cromática, que me resultaba demasiado monótona y daba al trabajo un aire de “sobreexposición”, añadí pequeños frutos rojos al lado de los anaranjados y dorados.
Las hojas, esta vez, han sido lanceoladas.

Acabé el trabajo hace ya un par de semanas, pero he estado dudando durante todo este tiempo con la tipografía a utilizar en el título. Al final una uncial.
Ferdinandus, d.s. Finalizado entre el segundo decanato de Cáncer y el primer decanato de Leo del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

sábado, 6 de junio de 2020

C de Carla en granates y cálidos

Intentando cosas nuevas. No un color ni dos, sino alguno más. Siempre acuarela. El dominante ha sido el Carmín de gar oscuro nº 354, de Schmincke Horadam (en tubo), complementado con Rojo de cadmio nº 332, Carmín 333, y Amarillo indio nº 225 en pastilla. Para las frutillas, la tinta Escarlata Calligraphy Ink de Winsor & Newton mezclada con pasta de relieve La Pajarita.

Por cierto, el puntito para significar el brillo de cada frutilla, después de pruebas con tinta, gouache, etc, el mejor resultado lo he obtenido con un rotulador blanco de punta fina: concretamente el Begreen de Pilot.

El papel utilizado el ya comentado Garzapapel para acuarela de 300 gr. de 20 x 20 cm y barbas a los cuatro lados. 


E insisto, la C no está inscrita en un círculo, sino en un óvalo, aunque no sea fácil percibirlo.
Ferdinandus, d.s. Finalizado en el segundo decanato de Géminis del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

viernes, 5 de junio de 2020

A de Andrea en tonos verdes

Siempre hay cosas que se tienen claras desde el principio —aunque luego pueden cambiarse— y también están las dudosas. En ese caso, nuestra duda fue si utilizar un tono de verde o dos. Andrea y yo coincidíamos en el color adecuado, pero también veíamos interesante la combinación, así que finalmente nos decidimos por ambos. Los elegidos fueron las acuarelas Verde brillante nº 551 y Verde permanente nº 553 de Schmincke.
El papel utilizado —un día de estos, cuando se acabe, ya probaré otro— fue un Garzapapel para acuarela de 300 gr. de 20 x 20 cm y barbas a los cuatro lados. 

El dorado ha seguido dándome algunos problemas. Con ganas de lograr un buen volumen, primero apliqué la típica pasta de relieve de La Pajarita brillante pero, al secarse, se hundía en la zona central, a pesar de que le di dos capas.

Después, como base para dorar, he utilizado el Instacoll System Base de la casa Kölner, que me funciona muy bien sin otro producto posterior. 

Y hubo también un segundo problema con la pasta de relieve que no fue grave, pero cuyo resultado no era el que pretendía. Esta pasta me ha ido siempre muy bien mezclada con la tinta Escarlata de Winsor & Newton pero, al mezclarla con otros colores —la tinta Verde también de Winsor & Newton y los verdes 551 y 553 de las acuarelas Schmincke— el resultado fue un tono verde oscuro muy homogéneo, donde no se notaban las diferencias cromáticas de los colores originales.
Es lo que apliqué para resaltar las frutillas que esta vez, a diferencia de la G de Godelieve, no tenían ramitas que los unieran a los tallos de las hojas. 
Ferdinandus, d.s. Finalizado en el segundo decanato de Géminis del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

miércoles, 3 de junio de 2020

A de Andrea y C de Carla. Bocetos

En casa hay tres mujeres. Así que, tras la G de mi esposa —me gustó cómo quedó al final—  decidí repetir diseño —con variables, que hay que intentar cosas nuevas— con las iniciales de mis hijas: la A y la C.
Esta vez he de decir que he enredado un poco más a la hora de dibujarlas y la verdad es que el resultado me parece, en estos momentos, incierto. Siempre he dicho que cada obra, por pequeña que sea —un simple boceto, por ejemplo— tiene una vida propia que va emergiendo a medida que se realiza. En resumidas cuentas, que ahora que los veo no acabo todavía de entenderlos.

El esquema general sigue la misma pauta que la G: una inicial decorada con hojas y frutillas con una partición en la prolongación del peciolo y el ápice redondeado. Aunque en esta ocasión he establecido algunas variantes: si en la G de Godelieve las hojas tenían una forma astada, en la A de Andrea son acorazonadas. Y si la primera estaba inscrita en un cuadrado, esta lo está en un rectángulo.

Las hojas de la C de Carla, en cambio, son palmeadas y, aunque aparentemente está inscrita en un círculo en realidad lo está en un óvalo, aunque esté poco definido. 

Este diseño ha sido una elección intuitiva, intentando adivinar qué forma definía mejor a cada una desde mis sensaciones.
Ferdinandus, d.s. Realizado entre el tercer decanato de Tauro y el primer decanato de Géminis del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

viernes, 28 de febrero de 2020

G de Godelieve en tonos azules 2. La inicial

El papel utilizado ha sido, como es habitual, un Garzapapel para acuarela de 20 x 20 cm que, como siempre, me parece muy bonito pero en el que la plumilla fina se atranca que es un contento. Aunque hay alternativas.

Tras los primeros trazos —para horror de los puristas, prescindí de la plumilla que se atranca y utilicé un rotulador de gel de 0,38 mm de MUJI, que es mi preferido para escribir— fijé los límites del dorado, que en este caso han sido unos simples filetes laterales, los cubrí con una capa de pasta de relieve de La Pajarita y, cuando estuvo bien seca, le superpuse el Kölner Instacoll System Base

Una hora después, estaba listo para aplicar el pan de oro con un palillo de las orejas, ya que utilizando este producto no hace falta pulirlo después.

Luego los azules. Para la letra utilicé el gouache Azul cobalto Nº 512 de Talens mezclado previamente con pasta relieve satinada para darle un poco de volumen y brillo. Para las hojas usé la acuarela Schimincke Ultramar 443.

Los pequeños frutos, en un principio, había pensado en hacerlos granates, pero, tras consultar con la parte femenina de la familia, estuvimos de acuerdo en que sería mejor centrarse en la gama azul, así que busqué un tono más oscuro para diferenciarlos: la Calligraphy Ink  Azul oscuro de Winsor & Newton

Y, para finalizar, un toque con un puntito blanco en cada uno. Por cierto, me repito pero, para conseguir volumen… añadí a la tinta un poco de pasta relieve La Pajarita satinada.
Y esto es todo por ahora.
P.S. Tengo aquí que reconocer que, cuando finalicé la decoración con las hojas, estuve a punto de dejar la G tal cual y no añadir los frutos. Pero me pudo la curiosidad, ¿el resultado? Va en gustos.


Ferdinandus, d.s. Finalizado en el primer decanato de Piscis, el vigésimo séptimo día del mes de febrero del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

jueves, 27 de febrero de 2020

G de Godelieve en tonos azules 1. Bocetos

Después de acabar una R para mi sobrina Raquel me paré a pensar en cómo quedaría otra inicial, pero en ese tono que me apasiona, el azul cobalto. Y, como hacía tiempo que no hacía ninguna inicial para mi esposa, me propuse mi siguiente trabajo.
A partir de algunos alfabetos góticos, lo primero que hice fue diseñar una G que, siguiendo con mis hábitos, inscribí en un círculo. Tras diversos intentos, este fue el boceto con el que empecé a trabajar.

Bocetar la letra aislada tiene una ventaja: se escasea, se imprimen las copias que hagan falta y se trabaja con ellas a lápiz decorándolas de diversas maneras.

La “decoración” estaba clara desde antes de empezar, pero también hubo intentos fallidos, sobre todo por mi tendencia a recargarlo todo. Si alguien piensa que este diseño está recargado es porque, obviamente, no ha visto alguno de los anteriores. 


Ferdinandus, d.s. Finalizado en el primer decanato de Piscis, el vigésimo día del mes de febrero del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.

viernes, 24 de enero de 2020

R de Raquel

Mi momento de reflexión preferido es la noche. Pero la noche noche, no esa noche aguada de antes de irme a dormir. Y prefiero las ideas autónomas, las que me asaltan,  más que las que voy a buscar. Me gusta sorprenderme de vez en cuando en alguna de esas innumerables veces que ando despierto aunque, he de reconocerlo, la mayoría se han perdido cuando intento recordarlas a la mañana siguiente.
Hace poco tuve una de ellas. Llevaba tiempo sin practicar caligrafía —a excepción de la cita obligada con la felicitación familiar navideña— e incluso me había planteado dejar aparcada la afición durante un tiempo porque me sentía un poco desganado y esa noche, de pronto, me vino una idea a la cabeza: hacer una inicial para mi sobrina Raquel, la hija mayor de mi hermano Carlos. Pienso en ella de vez en cuando, pero nunca había tenido la necesidad de decirle algo de esta manera; y ahora la tenía. 
Aunque soy de tardar, a la mañana siguiente estaba enredando, buscando ideas; y lo que a veces me ha costado semanas ahora iba apareciendo con una fluidez a la que no estoy acostumbrado y en poco tiempo tenía decidido cómo iba a ser. Y ha sido.
Pronto pergeñé el primer esbozo, aunque ahora, visto el final, creo que no tuve en cuenta un detalle: lo ejecuté como si se tratara de una capitular a utilizar acompañando un texto, así que no centré la inicial en el conjunto, sino que la situé más hacia la derecha. Una sandez, porque desde el principio la había asumido como una inicial independiente.

De ahí a los siguientes —ninguno es nunca es el definitivo, cuando comienzo a trabajar con el último vuelven a surgir cambios— fue cuestión de unos días y, poco después ya había elegido el papel (mi típico Garzapapel para acuarela de 300 gr. y 20x20 cm. con barbas a los cuatro lados), la gama cromática y todo lo demás.

Por cierto, un segundo problema apareció al disminuir el tamaño, ya que perdía detalles respecto al boceto original y además, al ser el papel tan grueso, no pude utilizar la mesa de luz para pasarlo a limpio.
Mis problemas con el dorado persisten, pero voy enredando. Para conseguir un poco más de volumen, esta vez, recurrí a la pasta de relieve La Pajarita diluida en agua caliente antes de aplicarla. 
Una vez bien seca, le añadí una capa de base de Kölner Instakoll y, una hora después, iba añadiendo el pan de oro. A ver cuándo consigo que me quede totalmente liso.


Luego acabé de perfilar los contornos.
Para el color, una combinación de acuarela Verde Permanente nº 553 de Schminke y gouache para caligrafía Goldpearl en tubo de la misma marca.
Para concluir, los pequeños frutos rojos que, como siempre, tienen volumen; lo consigo aplicando con pincel una mezcla de la pasta de relieve citada a la que añado la tinta Scarlet / Calligraphy Ink de Winsor & Newton, que me parece preciosa. De todas formas, siempre me apetece poner un puntito blanco en cada uno. Me parece que quedan mejor.

Por cierto, pensaba repasar con plumilla y engrosar un poco las “ramas”, pero, aceptando el consejo de mi hija, decidí dejarlo tal y como estaba; daba una mayor sensación de sutileza. En el texto/dedicatoria he dejado, así mismo, los tonos casi transparentes a veces.

Ferdinandus, d.s. Finalizado en el primer decanato de Acuario, el vigésimo tercer día del mes de enero del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.