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martes, 19 de diciembre de 2023

FELICITACIÓN FAMILIAR NAVIDEÑA. 2023-2024

 Otro año aquí. He de reconocer que cada vez me cuesta un poco más e incluso que en alguna ocasión he pensado en dejar esta costumbre; pero esa parte mía ligada a una mentalidad conservadora me termina atrapando. Al menos hasta ahora.

Este año he vuelto a la decoración con muérdago y acebos —eso sí, en tonos no menos brillantes, pero sí más oscuros— y a las filacterias a las que me voy habituando.

En un principio iban a ser cereales y lúpulo, en la parte superior, y vides, en la inferior—una especie de homenaje a cervezas y vinos— pero luego todo se dio la vuelta. Quedaron restos en algunos bocetos y en un primer diseño que luego deseché.




Las iniciales, finalmente, las cambié un poco.



La frase propuesta par la reflexión de esta año es de Italo Calvino. 


«L’inferno dei vivi non è qualcosa che ci sarà: se esiste, è ciò che è già qui, l'inferno in cui viviamo tutti i giorni, che formiamo stando insieme. Esistono due modi per non soffrire. Il primo è semplice per la maggioranza delle persone: accettare l'inferno e mettersi da parte fino al punto da smettere di percepirlo. Il secondo è rischioso e richiede attenzione e apprendimento continuo: cercare di sapere riconoscere chi e cosa, dentro l'inferno, non è inferno e proteggerlo e dargli spazio».


Cuya traducción podría ser:


«El infierno de los vivos no es algo que será; es aquél que existe ya aquí, ese infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptarlo y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige una atención y un aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio». 


En cuestiones técnicas no voy a entrar hoy. No me apetece. Comentar, eso sí, que mi querencia por el papel de acuarela de Garzapapel, que es el usado, me hace sufrir cuando tengo que utilizar plumillas con tinta, porque no me acabo de hacer y siempre lo emborrono todo. 



Hace sol y tengo mucho por hacer. Aquí lo dejo.


Un abrazo.


Ferdinandus, d.s. Finalizado en el tercer decanato del signo de Sagitario del Anno Dominice Incarnationis de MMXXIII


martes, 30 de mayo de 2023

Un nuevo blasón para un linaje Buxó

 Durante meses he estado entretenido con un par de escudos heráldicos que he ido trabajando en paralelo. Este es el primero que he terminado.

Una aclaración respecto a este primer blasón: es una copia un modelo previo pero del que no he encontrado coincidencia con las armas que le otorgan los Institutos Heráldicos a linajes con este apellido. 

Ahora bien, dado que los blasones corresponden, como señalo, a linajes y no a apellidos, he entendido que —por alguna razón que desconozco— éste no está catalogado.

Como siempre, los cambios sobre la marcha han sido frecuentes...


Hasta llegar al diseño definitivo

A nivel de lemas he utilizado dos:

En la bordura, (ese espacio que rodea interiormente el escudo):

Doctrinæ cultus nemo spernit stultus

Un proverbio medieval que podría traducirse como: «Nadie, salvo si es necio, desprecia la cultura». 

En la filacteria he incluido el lema o divisa propiamente dicho: 

Ubi amici, ibidem opes.

 «Donde están los amigos, ahí están las riquezas», un aforismo de Tito Maccio Plauto. Y aprovecho para señalar que, en el escudo original, no constaba ninguna.



El diseño

Del escudo propiamente dicho: tras empezar con el «español» típico, finalmente me salté las normas y tomé como referencia uno de justas de la Bohemia del siglo XV, más acorde con el resurgir de ciudades y burguesía. 

Lo he representado sujetado por correas al yelmo e inclinado respecto a su eje, en esa posición denominada «en tercerola a la Valona» —tan denostada por algunos heraldistas tradicionales — siguiendo una moda que nos llegó de los Países Bajos en el siglo XVI.

Respecto a las figuras y esmaltes del blasón y los adornos exteriores, su descripción sería: De oro y almenado en su parte superior, con un boj desarraigado en sinople y, sobre su tronco, un oso estatante en sable.

Aunque no sea exactamente así ya que, en esta posición, un animal suele representarse con las partas delanteras juntas. Para su diseño me inspire en el oso del blasón de la ciudad polaca de Przemyśl.

Para la cimera usé una urraca cerrada y regardante. Su diseño está inspirado en un kakemono japonés de autor desconocido.

Acerca del yelmo: tras diversas aproximaciones elegí un «stechhelm» o yelmo de ‘boca de rana’, también renacentista y asociado, a nivel heráldico, a linajes de caballeros y gentileshombres. Por cierto, un yelmo de este tipo lo pintó el gran Durero con tres vistas distintas en una acuarela preciosa.

Respecto a los materiales: He trabajado con técnica mixta sobre pergamino en un formato aproximado al DIN A4. El dorado del escudo es pan de oro sin bruñir. En las siluetas de la bordura y en el oso he utilizado pasta de relieve mezclada con tintas de la serie Calligraphy de Windsor & Newton para conferirles volumen y brillo. 


La encuadernación del texto explicativo

Un blasón es algo muy diferente a una simple página caligrafiada o una inicial decorada. La heráldica, en sí, es una disciplina compleja y, como otras actividades, tiene una terminología propia —los colores, por ejemplo, son esmaltes o metales: el rojo se denomina «gules»; el verde, «sinople»; el negro, «sable»— y cada parte del escudo o división tiene su propia nomenclatura. Y luego están, además, los diferentes símbolos asociados. 

Así que decidí acompañar ambos escudos —insisto, éste ha sido el primero que he acabado— con un texto explicativo del porqué de cada cosa y de los diferentes significados que explicaban la elección de cada elemento.

Y, obviamente, no quería enviar simplemente un .pdf impreso, así que decidí imprimirlo y encuadernarlo. O mejor dicho, varias, porque el resultado no fue satisfactorio en los primeros intentos.

La primera la realicé en formato DIN A5 y, dado que eran pocas páginas, pensé hacer un desplegable que iría unido a las tapas —en una sola pieza y con rebajes para que se pudiera cerrar— sólo por el la primera.

Ahora bien, unir las hojas entre sí planteaba un problema. Una solución fue unirlas por la parte trasera con un ‘cello’, pero era poco consistente.

Otra fue aplicar una fina franja de papel para unir cada juntura, pero el resultado no era estético y alteraba la homogeneidad del grosor de la tripa cuando se plegaba.

Finalmente la opción fue imprimir en un formato más original —26 x18 cm— y, dado que tenía pocas páginas, usar una encuadernación con cosido japonés.

El papel de la tripa ha sido un Ingres de Guarro de tono amarfilado, verjurado y de 108 gr.

El problema ha sido la utilización para la cubiertas exteriores de un papel apergaminado que no ha encolado perfectamente.

En la portada caligrafíé la divisa y en la contraportada el texto de la bordura.  

Para el cosido utilicé cordón encerado de 1 mm. de color rojo.


Ferdinandus, d.s. Trabajo finalizado bajo el tercer decanato del signo de Aries, en el Anno Domini MMXXIII.


jueves, 1 de diciembre de 2016

Bienvenida para Martina Llambrich i Cumplí

Cada trabajo lleva su ritmo, en el que se entrecruzan detalles, sucesos, viajes, sorpresas. Este ha quedado en el aire durante algún tiempo, pero finalmente lo he acabado.

He aprovechado para hacer prácticas con góticas elongadas, para volver a probar una de las tintas doradas que tengo —la Windsor & Newton Calligraphy Ink—, volver a las andadas con el pan de oro —poco a poco voy saliendo de la penuria—, y entretenerme, gratuitamente por cierto, con una orla inspirada en un fresco que vi hace poco en la iglesia de San Miguel de Gante —Gent Sint-Michielskerk—. 
Para el soporte también busqué algo especial: un papel artesano creo que de Ca l’Oliver con barbas a los cuatro lados y con un formato un tanto extraño —40 x 21  cm— que fue el que me permitió incluir la gratuita orla final.
Las razones ahora no importan, pero para encabezar la caligrafía elegí un texto del Alicia en el país de las Maravillas de Lewis Carroll. Concretamente un fragmento de su diálogo con el gato de Cheshire:
¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato.
- ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato -, si caminas lo bastante!

Por supuesto, me tomé la molestia de buscarlo en inglés y copiar la versión original. 

El resto del texto, dada la tradición familiar, está en catalán y es simplemente un recordatorio de los nombres de padres y abuelos y unas simples palabras de bienvenida.
Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Sagitario del 2016 A.D.

domingo, 15 de noviembre de 2015

La envidia es fea y deforme. Der Neid ist hässlich und unförming. Jutta von Sponheim. 1. AZUL.

Hace años descubrí a una monja benedictina con una de las vidas más apasionantes de la Edad Media: Hildegard von Bingen: visionaria, mística, profetisa, escritora, naturalista, compositora y médica tuvo una producción de obras extraordinaria. Muy avanzada para su época —vivió entre el 1098 y el 1179— propuso la importancia de la música en los procesos terapéuticos e investigó en las propiedades de las plantas.  
Yo la descubrí de un modo curioso: parece ser que fue una de las primeras en potenciar el uso del lúpulo en la fabricación de cerveza —hubo experiencias previas, como la de la abadía de Lobbes a partir del 868—, lo que conllevó diversas ventajas ademas de conferirle ese extraordinario sabor amargo que ahora adoramos los aficionados a esta bebida.

Jutta von Sponheim fue, durante años, su maestra y mentora, primero en el castillo familiar y, posteriormente, en el monasterio benedictino de Disibodemberg, donde los monjes les cedieron una parte para acoger más vocaciones y en el que ambas ejercerían como abadesas (Hildegard a la muerte de Jutta). A ella se le atribuye esta hermosa frase donde contrapone, al vicio de la envidia, el poder del amor.
A nivel técnico, esta vez he trabajado con un nuevo pergamino que adquirí por Internet (artepergamino.com) y para el texto he utilizado nogalina, escribiendo primero con una plumilla de doble punta y rellenando y degradando la parte inferior posteriormente.
La tipografía utilizada ha sido un variante de la batarde y la D mayúscula, como estaba previsto, está basada en un trabajo previo (http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2015/10/d-de-diana.html) con modificaciones que adjunto de la parte inferior.

Por cierto, este trabajo estuvo, desde sus inicios, pensado para hacer un regalo a una amiga de casa y su familia, así que el color y la tipografía los ha decidido mi esposa. Como hubo dudas, me decidí a hacer una segunda versión, con otra tipografía y la inicial en color rojo. Pronto la colgaré.
Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Escorpio


P.S. Si te interesa, puedes ver la película Visión, la historia de Hildegard von Bingen (Margarethe von Trotta, 2009), para los amantes del mundo medieval, y para los que defendemos las luchas de las mujeres por la igualdad, es muy recomendable.

miércoles, 14 de octubre de 2015

El Árbol del Conocimiento. Versión 2.

Para está versión he utilizado el mismo tipo de papel, también granulado aunque con una textura diferente, barbas a los cuatro lados y tono crema. El formato sigue siendo el DIN A4.
El diseño del árbol fue prácticamente el mismo que en la versión anterior, pero cambié por completo la serpiente, a la que le di una forma de espiral hacia el interior.

He limitado la gama de colores y he trabajado con acuarelas y con tinta roja. La idea de romper tradiciones y hacer el árbol en azul se la debo a mi esposa, más moderna —o menos condicionada por la tradición— en algunos aspectos que yo. Tuve problemas para la elección de tonos con la serpiente, ya que hubiera deseado hacerlo todo en azul, pero no destacaba lo suficiente.

No me han acabado de convencer los frutos en dorado (12, como siempre); en cambio, la idea de invertir los colores entre el tronco y la raíz y el degradado en la “toma de tierra” me ha gustado. 
A las letras hebreas les di algo de volumen y brillo. El resultado es muy mejorable pero también seguiré experimentando.

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Libra.

lunes, 12 de octubre de 2015

El Árbol del Conocimiento. Versión 1.

No es la primera vez que trabajo con el tema del Árbol. Si Dios quiere, no será la última. Me he sentido siempre atraído por su simbolismo: sus formas, sus números, los primeros vestigios de ofidiolatría en la tradición judeo-cristiana, la génesis del dragón vinculado al conocimiento y la naturaleza recuperado después en el ciclo artúrico… El árbol, siempre recordado.
En el Génesis no se habla de uno, sino de dos: el del Conocimiento (עֵץ הַדַּעַת טוֹב וָרָע) ampliado a “del Bien y del Mal” y el de la Vida —éste último también presente en otros sistemas míticos—. Adán y Eva tenían prohibido comer del primero, ya que hacerlo les permitiría entender la existencia del segundo y, si comieran también de sus frutos, alcanzar también ellos la divinidad.
La historia siempre me ha parecido inquietante por varias razones: en mi juventud despertó mis primeras suspicacias frente a un Dios que jugaba con unas reglas que ni entendía ni compartía; después observando la persistencia de la defensa de la ignorancia como fuente de felicidad (creo recordar que era la secta de los nestorianos la que tenía como lema, para alcanzar la plenitud, el “ignota nulla cupido”, la ausencia de deseo de lo desconocido); finalmente, al entender ciertas inquinas de la religión contra la ciencia. 
Pero lo que siempre me atrajo más fue su idea de Utopía suprema: tras la expulsión de Adán y Eva, Yahvé no destruye el Paraíso: simplemente pone como guardianes a unos querubines para impedirles a ellos y sus descendientes que regresen, coman los frutos del Árbol de la Vida y se conviertan, de esa manera, en Dioses.

A nivel “técnico”, con esta primera versión tuve diversos problemas (no me acababa de gustar la forma de enroscarse la serpiente, metí la pata con el dorado de los frutos…). Tantos fueron que opté por tirarlo y hacer un trabajo nuevo. Pero me dije que no debía rendirme, que los errores están para aprender y que por ahogados, al río. 

Y a base de correcciones y chapuzas, he logrado un resultado más o menos —aunque más menos que más— decente. 

Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Libra
P.S. El tema del árbol, del que este trabajo es complementario, lo he tratado también, por ejemplo, en:  http://ferdinandusscripsit.blogspot.com.es/2012/02/oracion-de-la-serenidad-boceto-de-la-s.html 


jueves, 23 de julio de 2015

Caligrafías para Bélgica. 2. Un abrazo es todo ….

Otra persona a la que agradecer, también, algo tan sencillo como su presencia en la vida, su estar, su compartir, su generosidad.
La frase, pensada para ella, ha sido: Un abrazo es todo lo que necesita Dios para manifestarse (Een omhelzing is alles wat God nodig heeft om zich te manifesteren.)

La razón: es seguidora de Amma (Madre), nombre con que se conoce a la mística hindú Mata Amritanandamayi Devi, cuya relación con el mundo se basa en compartir abrazos.

He trabajado con papel apergaminado, pan de oro, tinta roja y un preparado de nogalina.

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Leo

viernes, 22 de mayo de 2015

Dorado (muy, pero que muy) básico

Escribo este post por si puedo aportar algo a  principiantes como yo.
A lo largo del tiempo dedicado a este menester de la caligrafía he intentado dorar algunas zonas de letras capitulares. Con poco éxito, lo reconozco.
Con diferentes tintas no tuve resultados satisfactorios. Ni la primera  Brillant  Flüssigbronzen, de Hobby Line, ni las posteriores Gold-Metallic Bronze o Gold Calligraphy Ink, ambas de Winsor & Newton me convencieron, aunque seguramente el problema haya sido mío, y no de estos materiales.
Lo intenté también en un par de ocasiones con pan de oro —de imitación, se entiende—pero, bien porque posiblemente nunca he acabado de aplicar correctamente el gesso o por cualquier otra razón, tampoco los resultados fueron los esperados. Los pocos tutoriales que encontré en Internet eran interesantes pero no me fueron de mucha utilidad (puedes mirar por ejemplo, si te interesa, http://www.youtube.com/watch?v=z8hXTWjvgds&feature=related o

Encontré también indicaciones en libros, pero llevarlos a cabo hubiera supuesto para mí un trabajo ingente —si lees inglés y quieres profesionalizarte, puedes consultar The Technique of Raised Gilding de Jerry Tresser o, en plan más sencillo y en castellano, “Decorar con oro” en Directorio de caligrafía: 100 alfabetos y cómo caligrafiarlos escrito por David Harris, páginas 244 a 251—.
Pues bien, ayer lo intenté de nuevo pero de forma mucho menos “elaborada” —¿por qué no decirlo? casi cutre— y, ¡sorpresa!, sin ser una maravilla, el resultado me pareció, como mínimo, aceptable. ¿Que cómo lo hice? Pues aplicando gesso y pintando encima ¡con un rotulador! Así de sencillo. Curiosamente, el mismo rotulador, aplicado directamente sobre el papel —era algo que había probado ya hacía tiempo— perdía mucho brillo.
Adjunto una prueba —un poco descuidada, lo reconozco— como muestra de los resultados. Comparo las dos tintas antes citadas de Winsor & Newton y el rotulador, un Artline 999XF Gold aplicadas directamente sobre el papel y con una base, que en este caso ha sido un sencillo gesso tapaporos de la casa Vallejo.


Espero presentar otros ejemplos más adelante, aplicados a iniciales.
Y no desespero. Algún día yo también haré algo bonito y bien elaborado con pan de oro y siguiendo los protocolos clásicos. Como Dios manda. Entretanto, en estas estamos.
P.S. Estimado lector: si tienes ideas novedosas, conoces otros materiales o has experimentado técnicas diversas… lo que sea, te agradecería que lo compartieras. Espero tus consejos e indicaciones; sigo en proceso constante de aprendizaje.
Ferdinandus, d.s. bajo el signo de Géminis.