martes, 30 de mayo de 2023

Un nuevo blasón para un linaje Buxó

 Durante meses he estado entretenido con un par de escudos heráldicos que he ido trabajando en paralelo. Este es el primero que he terminado.

Una aclaración respecto a este primer blasón: es una copia un modelo previo pero del que no he encontrado coincidencia con las armas que le otorgan los Institutos Heráldicos a linajes con este apellido. 

Ahora bien, dado que los blasones corresponden, como señalo, a linajes y no a apellidos, he entendido que —por alguna razón que desconozco— éste no está catalogado.

Como siempre, los cambios sobre la marcha han sido frecuentes...


Hasta llegar al diseño definitivo

A nivel de lemas he utilizado dos:

En la bordura, (ese espacio que rodea interiormente el escudo):

Doctrinæ cultus nemo spernit stultus

Un proverbio medieval que podría traducirse como: «Nadie, salvo si es necio, desprecia la cultura». 

En la filacteria he incluido el lema o divisa propiamente dicho: 

Ubi amici, ibidem opes.

 «Donde están los amigos, ahí están las riquezas», un aforismo de Tito Maccio Plauto. Y aprovecho para señalar que, en el escudo original, no constaba ninguna.



El diseño

Del escudo propiamente dicho: tras empezar con el «español» típico, finalmente me salté las normas y tomé como referencia uno de justas de la Bohemia del siglo XV, más acorde con el resurgir de ciudades y burguesía. 

Lo he representado sujetado por correas al yelmo e inclinado respecto a su eje, en esa posición denominada «en tercerola a la Valona» —tan denostada por algunos heraldistas tradicionales — siguiendo una moda que nos llegó de los Países Bajos en el siglo XVI.

Respecto a las figuras y esmaltes del blasón y los adornos exteriores, su descripción sería: De oro y almenado en su parte superior, con un boj desarraigado en sinople y, sobre su tronco, un oso estatante en sable.

Aunque no sea exactamente así ya que, en esta posición, un animal suele representarse con las partas delanteras juntas. Para su diseño me inspire en el oso del blasón de la ciudad polaca de Przemyśl.

Para la cimera usé una urraca cerrada y regardante. Su diseño está inspirado en un kakemono japonés de autor desconocido.

Acerca del yelmo: tras diversas aproximaciones elegí un «stechhelm» o yelmo de ‘boca de rana’, también renacentista y asociado, a nivel heráldico, a linajes de caballeros y gentileshombres. Por cierto, un yelmo de este tipo lo pintó el gran Durero con tres vistas distintas en una acuarela preciosa.

Respecto a los materiales: He trabajado con técnica mixta sobre pergamino en un formato aproximado al DIN A4. El dorado del escudo es pan de oro sin bruñir. En las siluetas de la bordura y en el oso he utilizado pasta de relieve mezclada con tintas de la serie Calligraphy de Windsor & Newton para conferirles volumen y brillo. 


La encuadernación del texto explicativo

Un blasón es algo muy diferente a una simple página caligrafiada o una inicial decorada. La heráldica, en sí, es una disciplina compleja y, como otras actividades, tiene una terminología propia —los colores, por ejemplo, son esmaltes o metales: el rojo se denomina «gules»; el verde, «sinople»; el negro, «sable»— y cada parte del escudo o división tiene su propia nomenclatura. Y luego están, además, los diferentes símbolos asociados. 

Así que decidí acompañar ambos escudos —insisto, éste ha sido el primero que he acabado— con un texto explicativo del porqué de cada cosa y de los diferentes significados que explicaban la elección de cada elemento.

Y, obviamente, no quería enviar simplemente un .pdf impreso, así que decidí imprimirlo y encuadernarlo. O mejor dicho, varias, porque el resultado no fue satisfactorio en los primeros intentos.

La primera la realicé en formato DIN A5 y, dado que eran pocas páginas, pensé hacer un desplegable que iría unido a las tapas —en una sola pieza y con rebajes para que se pudiera cerrar— sólo por el la primera.

Ahora bien, unir las hojas entre sí planteaba un problema. Una solución fue unirlas por la parte trasera con un ‘cello’, pero era poco consistente.

Otra fue aplicar una fina franja de papel para unir cada juntura, pero el resultado no era estético y alteraba la homogeneidad del grosor de la tripa cuando se plegaba.

Finalmente la opción fue imprimir en un formato más original —26 x18 cm— y, dado que tenía pocas páginas, usar una encuadernación con cosido japonés.

El papel de la tripa ha sido un Ingres de Guarro de tono amarfilado, verjurado y de 108 gr.

El problema ha sido la utilización para la cubiertas exteriores de un papel apergaminado que no ha encolado perfectamente.

En la portada caligrafíé la divisa y en la contraportada el texto de la bordura.  

Para el cosido utilicé cordón encerado de 1 mm. de color rojo.


Ferdinandus, d.s. Trabajo finalizado bajo el tercer decanato del signo de Aries, en el Anno Domini MMXXIII.


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