viernes, 24 de enero de 2014

Bienvenida a Júlia. 4: La encuadernación

El pliego, doblado, está protegido por dos tapas separadas, unidas por dos cordones dobles rojos de los cuales sólo se ven las salidas para el cierre y la parte central de unión.
Exteriormente se percibe una parte del volumen pero, para que no fuera un problema al colocar el papel y asegurarme de que quedarían ajustados y rectos, realicé unas incisiones para colocarlos.


También recorté un recuadro en la tapa delantera para que se viera la B capitular que inicia la Bienvenida.





Ferdinandus, d.s.


miércoles, 22 de enero de 2014

Bienvenida a Júlia. 3: A vueltas con el texto.

He caligrafiado el texto, en catalán, en cuatro páginas distribuidas en las dos caras de la hoja.
Las externas (páginas 4 y 1, posterior y primera) el nombre de nuestra familia y,  presidido por la B de “Bienvenida”, simplemente “Estimada Júlia, siguis benvinguda” (Querida Julia, seas bienvenida).

En las dos interiores, en la 2, un fragmento de un poema de “El Profeta” (1923), del poeta y místico libanés Khalil Gibran (1883-1931).
“Tus hijos son son tuyos. Son los hijos de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través tuyo, y aunque están contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos tienen los suyos propios” (...)
En la página 3, el nombre de la recién nacida, los de sus padres y abuelos y un deseo “Que Dios te llene de bienes para disfrutar en compañía de los tuyos con alegría” y, alrededor, el lugar y la fecha de nacimiento.


Ferdinandus, d.s.


domingo, 19 de enero de 2014

Bienvenida a Júlia. 2: Iniciales y tipografía

La inicial de su nombre comencé a diseñarla antes de nacer a partir de la estética de la sucesión de Fibonacci.
Después nació Júlia, empezó el curso escolar con todo el trabajo que conlleva, abandoné temporalmente mi afición, y no ha sido hasta estas Navidades que he logrado tirar la idea adelante. 
La antigua J, situada en el nuevo contexto, no me acababa de convencer, así que modifiqué sus proporciones, aumentando su altura respecto a su anchura. 



Otras iniciales en las que enredé un rato fueron la B y la E, de las que hice pruebas diversas.
 


Para el texto decidí utilizar una rotunda curiosa, al tener la “s” una forma poco convencional (Sforza hours British Library Add. MS 59874) ... y que dadas las dificultades del trazo de la pluma en este tipo de papel ha presentado aún más dificultades de legibilidad de lo esperado.
                                                         (la palabra escrita es "est")
Ferdinandus, d.s.

sábado, 18 de enero de 2014

Bienvenida a Júlia. 1: El canon Van de Graaf

Este verano, esperando que naciera la primogénita de un sobrino, se me ocurrió la idea de realizar una “Carta de Bienvenida” a este mundo que, a pesar de sus males y problemas, no deja de ser interesante y entrañable. Y debía pensar cómo. La solución fue una doble hoja a partir de un papel de algodón de 40 x 20 cm. que doblaría por la mitad y encuadernaría de forma parecida a como había hecho en el árbol cabalístico que dibujé para mi hermano Pablo.
Para la distribución he usado por primera vez —y espero repetir y mejorar lo realizado— el célebre canon de Van de Graaf, descrito por el diseñador Jan Tschichold como “el libro perfecto”. No voy a extenderme en explicaciones, pero a los apasionados de la caligrafía antigua les recomiendo consultar http://retinart.net/graphic-design/secret-law-of-page-harmony/ (en inglés) o http://blocdetrabajo.wordpress.com/2011/07/22/el-secreto-del-libro-perfecto/. (en español). Y en un ejemplo de los últimos días, los que seguimos en Flickr a e-codices pudimos ver un ejemplo de este sistema de compaginación en http://www.flickr.com/photos/e-codices/11228486425/)
La idea básica es una página en que los márgenes no sólo no son iguales, sino ni siquiera simétricos, pero que siguen una lógica matemática muy estética. 
                                                                     (Canon van de Graaf UPenn MS Codex 0109)

El problema es que las páginas de mi “libro” eran cuadradas (20 x 20 cm., al doblar el papel por la mitad), y no rectangulares, así que me arriesgué con la experiencia. Y este fue el resultado.



Ferdinandus. d.s.