Siempre hay cosas que se tienen claras desde el principio —aunque luego pueden cambiarse— y también están las dudosas. En ese caso, nuestra duda fue si utilizar un tono de verde o dos. Andrea y yo coincidíamos en el color adecuado, pero también veíamos interesante la combinación, así que finalmente nos decidimos por ambos. Los elegidos fueron las acuarelas Verde brillante nº 551 y Verde permanente nº 553 de Schmincke.
El papel utilizado —un día de estos, cuando se acabe, ya probaré otro— fue un Garzapapel para acuarela de 300 gr. de 20 x 20 cm y barbas a los cuatro lados.
El dorado ha seguido dándome algunos problemas. Con ganas de lograr un buen volumen, primero apliqué la típica pasta de relieve de La Pajarita brillante pero, al secarse, se hundía en la zona central, a pesar de que le di dos capas.
Después, como base para dorar, he utilizado el Instacoll System Base de la casa Kölner, que me funciona muy bien sin otro producto posterior.
Y hubo también un segundo problema con la pasta de relieve que no fue grave, pero cuyo resultado no era el que pretendía. Esta pasta me ha ido siempre muy bien mezclada con la tinta Escarlata de Winsor & Newton pero, al mezclarla con otros colores —la tinta Verde también de Winsor & Newton y los verdes 551 y 553 de las acuarelas Schmincke— el resultado fue un tono verde oscuro muy homogéneo, donde no se notaban las diferencias cromáticas de los colores originales.
Es lo que apliqué para resaltar las frutillas que esta vez, a diferencia de la G de Godelieve, no tenían ramitas que los unieran a los tallos de las hojas.
Ferdinandus, d.s. Finalizado en el segundo decanato de Géminis del Anno Dominice Incarnationis de MMXX.
Muy sutil...
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