«Al final del Laberinto siempre espera un Dragón. De no ser así no pondríamos tanto empeño en construirlo».
«At the end of the Labyrinth a Dragon always waits. If not so, we wouldn't put so much effort into building it».
Un día escuché una frase parecida y quedé perplejo.
Tiempo después, una noche en Estambul, junto a la mezquita Azul, la recordé mientras me preguntaba qué hacía yo allí. No qué parecía que hacía, sino por qué había llegado esa noche hasta ese lugar realmente.
Porque era consciente de que estaba en un laberinto.
Eso debió ser a principio de los ochenta. He reflexionado sobre ella muchas veces y en situaciones muy diferentes. Y este verano, imagino que agobiado por el calor, decidí hacerle un pequeño e íntimo homenaje. Es éste.
Como siempre, y aunque aquí no haya constancia, he cambiado el diseño varias veces además de cambiar la paleta de colores. Al final, siempre acabo pensando que habría quedado mejor la versión anterior. Debe ser uno de mis laberintos particulares.
Por otro lado, me he tomado mi tiempo, los primeros bocetos son de primeros de mayo
Hasta primeros de agosto no tuve un boleto más o menos definitivo
Y, finalizando el mes, di por finalizado el trabajo porque iba añadiendo y retocando y al final temí estropearlo todo.
Los materiales, los de siempre: papel para acuarela de Garzapapel de 300 gr., acuarelas Schmincke, tintas dela serie Calligraphy Ink de Winsor & Newton y rotuladores de 0,38mm. de Muji.
Ferdinandus, d.s.
Finalizado en el primer decanato del signo de virgo del dosmilésimo vigésimo cuarto A. D.
Felicidades,
ResponderEliminarInteresantes bocetos hasta llegar al final. Un bonito homenaje.
ResponderEliminarThis is absolutely wonderful ! 💚🐉
ResponderEliminarOs pido disculpas. Mi relación con las redes sociales es un tanto curiosa y mi capacidad para despistarme increíble. Así que, más de un año después, contesto.
ResponderEliminarCarlos, gracias, aunque como me conoces sé que no me tienes estas cosas en cuenta; Vicky, me alegro de que te haya gustado y te agradezco que me lo hagas saber, no creas que soy una persona indiferente, eso sí, despistado, un rato. Anónimo... Te agradezco tu comentario y, sobre todo, ese corazón verde y el reptil posterior, que no he podido ampliar. De todas maneras, cuando veo escrito "Anónimo" siempre me quedo un poco perplejo.
Y otra cosa más, que no es tanto una disculpa como una realidad: ha habido temporadas en que, sin saber por qué, el blog no me ha permitido contestar comentarios; también eso ha influido en que abandonara durante un tiempo esas contestaciones necesarias.