Cuentan que a una madre beduina le preguntaron un día a qué hijo quería más y respondió: al que está de viaje mientras no regresa, al enfermo mientras no sana, al pequeño mientras no crece.
Los hijos crecen, vienen, se van. Ahora las vacaciones juntos ja no son tan fáciles. He dedicado un par de días a caligrafiar sus nombres: a tenerlos presentes mientras elegía tipografías, estructuras, colores....
Guillermo es el mayor. El papel blanco, en vez de ahuesado, ha sido puro azar. He elegido una letra Klingpor de Rudolf Kock, pero la he acortado, ya que la original era demasiado estilizada para mi gusto. He colocado su nombre entre paréntesis en alusión a la carrera que cursa y a su mentalidad metódica (cuando a él le parece bien).
Tener una letra estrecha (I) y una doble (LL) forzó un poco el diseño.
En vez de pintar de rojo la inicial, pinté la letra final.
Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Cáncer
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