domingo, 29 de abril de 2012

Haciéndome un cuaderno para prácticas. 1. Planteamiento previo.


Por si un día te decides a encuadernar: Se trata de pasártelo bien, de disfrutar, y hasta, si hay suerte, de sentirte algún rato feliz. Y de nada más. Si lo que pretendes es poseer algo hermoso, o ahorrar, créeme, vete a la librería más cercana y cómprate un buen cuaderno. Incluso los conocidos y caros Moleskine te saldrán baratos si los comparas con el coste en materiales, y sobre todo de horas, que vas a invertir en hacer algo con una calidad que ni se les acerca.
¿Para qué hacer, entonces, nuestras propias encuadernaciones? Pues por puro cariño a la inutilidad, por poesía, por amor, por notar que nuestras manos sirven para algo más que para teclear cualquier ñoñez en el ordenador. 
Para cerciorarnos de que, a pesar de lo que dicen, no somos tan manirrotos... o sí, pero que nos importa un pimiento. Por la satisfacción de tener entre las manos algo hecho por uno mismo, por el placer de regalar a quien queremos una parte de nosotros... o por mil cosas que ahora no se me ocurren.


Ferdinandus, d.s.

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