Hace años —Internet era aún algo lejano— un amigo, Sebastià, me desveló el secreto de cómo dibujar los nudos celtas que él hacía.
La historia que me contó, mientras me mostraba la técnica, posiblemente no sea cierta, pero es encantadora y por eso la repito ahora:
Durante siglos, irlandeses y otros pueblos celtas decoraron sus manuscritos, sus iglesias y sus tumbas con este tipo de adornos. Luego, la imprenta y la industrialización los postergaron.
Cuando se intentaron recuperar las viejas tradiciones, los primeros calígrafos e iluminadores se limitaron a copiar laboriosamente los enrevesados dibujos hasta que alguien descubrió, en la hoja de una Biblia inacabada, uno de estos dibujos apenas esbozado. Había hallado el cómo.
De hecho, aunque al principio puede costar un poco —sobre todo si los diseños son complejos— una vez que se le coge el ritmo se convierte en un ejercicio intermedio entre un trabajo mecánico y un mantra visual
También yo, como en esta historia posiblemente apócrifa, olvidé con el tiempo cómo hacerlos; y ahora, que he descubierto en un viejo cuaderno los apuntes que tomé, he decidido ponerlos en limpio y colgarlos en la Red, para recordarlo cuando lo necesite y por si pueden ser de ayuda para alguien que busque y no tenga un Sebastià cerca.
Ferdinandus, d.s.
No hay comentarios:
Publicar un comentario