lunes, 19 de diciembre de 2022

Felicitación familiar de Navidad, 2022

Estimadas, estimados:

Feliz Navidad y nuestros mejores deseos para un año 2023 marcado por la Recuperación —y no sólo económica—.

Los textos

«Domus Torrijos & Van Schoor desiderat vobis Natale Hilare et Annum Faustum 2023»

El de cada año, en latín, por no perder la costumbre. Que nuestra familia os desea una Feliz Navidad y un Próspero año 2023, vaya.

El texto de ese año: 

A veces, en medio de nuestro sueños somnolientos y nuestros recuerdos infelices, sentimos que Dios nos presta atención por un momento y le pedimos algo con las mismas esperanzas de alguien que, entusiasmado, ha conseguido entregar en mano una petición al Sultán: yo le rogué a Dios que me concediera un hogar feliz lleno de gente que me quisiera.

Orhan Pamuk

(de: Me llamo Rojo, Madrid: Santillana Ediciones, p. 406)


El diseño

He vuelto a 2018. Repito motivo, aunque con un enfoque muy diferente: la orla de adorno incorpora de nuevo naranjas y alcachofas. 

Esta vez la A inicial está basada en un diseño tomado de Sloane 1086   f. 44r-v Fragment of a Bible with the beginning of the book of Daniel.

Las naranjas, aparte de mi pasión por estos frutos y lo hermoso de su color, están relacionadas con estas fechas, aunque no hayan gozado nunca de la popularidad de los consabidos acebos y muérdagos. 

Un poco de historia: Tras el nacimiento de Jesús, Herodes reclama la muerte de todos los niños pequeños —la matanza de los Inocentes— para acabar con el Mesías y José es avisado por un ángel para que tome a la Virgen y al Niño y huyan a Egipto. Aparte de en los Apócrifos, en el Evangelio de Mateo (2, 13-15) se narra ese viaje, del que hay una etapa representada en el arte cientos de veces: el Descanso, o los Descansos. Para amamantarlo o para comer dátiles, por ejemplo, que es de donde proviene de dotar con una hoja de palmera a los santos y santas muertos en martirio. 

Pero sigamos. En nuestro Romancero Popular, en diversas versiones del Romance de la huída a Egipto se relata el primer milagro de un Jesús aún niño que, por mediación de su madre, devuelve la vista a un ciego que les ha ofrecido gratuitamente naranjas para calmar su sed: 

Camina la Virgen pura, 

camina para Belén, 

y en el medio del camino, 

pide el Niño de beber. 

— No pidas agua, mi vida, 

no pidas agua, mi bien, 

que vienen las fuentes turbias 

y no se puede beber.

Allí arriba, en aquel alto, 

hay un hermoso vergel 

con naranjas, que las cuida, 

un pobre hombre que no ve. 

— ¿Me da usted una naranja, 

para el niño entretener? 

— Coja usted, buena señora, 

las que sean menester.

Según coge una tras otra, 

florecen de tres en tres; 

cuando la Virgen se aleja, 

el ciego comienza a ver. 

— ¿Quién es esa gran señora, 

que a mí me hizo tanto bien? 

En los ojos me dio vista, 

y en el corazón también. 

Será la Virgen María, 

que otra no ha podido ser. 



De las alcachofas, honestamente, no tengo ninguna referencia bibliográfica. Eso sí, me pierden rebozadas, con arroz, en tortilla … en cualquier caso, cuando las degusto o simplemente percibo sus efluvios al cocinarlas a la brasa suelen venir a mi cabeza frases com “Madre del amor hermoso”, “Santa María madre de Dios” y similares. A mí me valen.



Los materiales

Con los papeles artesanales me está pasando lo que con las cervezas: no sé hasta qué punto merecen la pena. Me aficioné en su día a los productos de Garzapapel y últimamente no acabo de encontrar un buen sustituto. En este caso el papel ha sido un Meirat  de 25 x 35 cm y 300 gr. hecho a mano a base de lino en Lozoya del Valle y, aunque con la acuarela se ha comportado muy bien, trabajar con plumilla me ha resultado un poco costoso (y sí, de acuerdo, el papel era para acuarela). La solución, tan práctica como poco ortodoxa, ha sido sustituir las plumillas por bolígrafos de gel de 0,38 mm de Muji (ya no sé dónde vamos a llegar). El resto, a repetir lo de siempre: acuarelas Schimincke, pan de oro aplicado sobre la base de Kölner Instacoll y algún dorado en pigmento extra que en la fotografía no destaca. 



Un abrazo. Y alegría.

Ferdinandus, d.s. Trabajo finalizado bajo el tercer decanato del signo de Sagitario, en el Anno Dominice Incarnationis de MMXXII.


jueves, 16 de diciembre de 2021

Felicitación familiar de Navidad, 2021

 Queridas, estimados: 

Feliz Navidad y un 2022 con más alegrías y el deseo de que la pesadilla pandémica acabe o, al menos, aminore.

Los textos:

«Domus Torrijos & Van Schoor desiderat vobis Natale Hilare et Annum Faustum 2022»: El de cada año, en latín, por no perder la costumbre.

La frase para propiciar la reflexión y un posible cambio de perspectiva en nuestras cotidianidades, sobre todo en los tiempos que corren es, esta vez, de Katherine Tingley:

«Fear nothing, for every renewed effort raises all former failures into lessons, all sins into experience».


(No temas a nada, puesto que cada renovado esfuerzo eleva todos los fallos previos a lecciones, todos los pecados a experiencias)

Para mí viene a significar que dejemos de lado —cada cual en la medida de sus posibilidades— tanto esos miedos que nos limitan como los arrepentimientos que nos atrapan en la neurosis... y nos decidamos a dar pasos al frente. Eso sí, debemos ser también capaces de asumir, después de toda acción, el aprender de cada decisión sea cual sea el resultado. E intentar mejorar para evitar repetir errores. 

El diseño:

Este año no tocan las habituales ramitas de acebo y/o de muérdago. Este año, granadas. No sé, por cambiar.

Y también, hay que decirlo todo, porque llevaba un tiempo necesitando un giro hacia lo mediterráneo. Y el granado, con sus frutas otoño-invernales, me ha parecido el más adecuado

Porque, recapacitemos: el cristianismo sitúa la Natividad en Belén e incluso las tres grandes religiones monoteístas provienen de Oriente Medio y su primer impacto es alrededor del Mare Nostrum

El cristianismo, además, tiene también a esta fruta en alta consideración, ya que interpreta que simboliza al mundo e incluso hay algunas Vírgenes que la utilizan como emblemamuchas celebradas en el suroeste de España por no hablar de célebres obras de la pintura del Renacimiento como las de Fra Angelico, Sandro Botticellien que la granada aparece en las manos del Niño—, o la que se considera la primera obra de juventud de Leonardo.


Pero no se debe olvidar que la granada, como símbolo religioso, es previa al cristianismo en el Mediterráneo y eso conecta con nuestros deseos de un feliz Año Nuevo, que trasciende la estricta Navidad.

Algunos capiteles de las columnas del Templo de Salomón, por ejemplo, estaban decorados con granadas, porque para los judíos simbolizaban la concordia y el equilibrio; los romanos la asociaban a Juno, diosa del matrimonio y la fecundidad, por lo que las novias romanas llevaban un tocado de ramas de este árbol. Y los griegosah!, los griegos. Se cuenta que el primer granado lo plantó Afrodita en la isla de Chipre; los sacerdotes de Atis se adornaban ritualmente las cabezas con sus ramas y uno de sus mitos más hermosos, el que explica la existencia de las estaciones en el año, también se relaciona con esta fruta: son unos granos de granada ingeridos por Kore los que la transmutan en Perséfone y la obligan a pasar unos meses al añofinales del otoño y el inviernoen en el inframundo, dominio de Hades, su esposo, mientras Deméter, su madre, se abandona y abandona el mundo vegetal que es el ámbito bajo su control. Cuando madre e hija vuelvan a reunirse cada año, Deméter volverá al júbilo y comenzará la primavera.

El encuentro como motivo de júbilo, el regreso al hogar como forma de resurrección y renacimiento. Ahora que lo pienso: después de todo, simbólicamente hablando, también a través de la granada y de esa Deméter mediterránea hemos vuelto al concepto más íntimo y familiar de la Navidad.

Un abrazo.

Ferdinandus, d.s. Finalizado bajo el signo de Sagitario, en su tercer decanato, del Anno Dominice Incarnationis de MMXXI.