viernes, 24 de julio de 2015

Paracelso: No existen medicinas ni venenos. Sólo dosis.

Paracelso (Theophastrus Paracelsus, 1493-1541) fue un humanista en el sentido más amplio de la palabra. Fue médico, alquimista y astrólogo. La frase que trascribo, atribuida a él, es un alegato del sentido común y forma parte de la base de mi ideología personal e incluso política: “No existen medicinas ni venenos. Sólo dosis”.
La dosis: un concepto sobre el que merecen la pena diversas reflexiones.
Para realizarla he vuelto a utilizar el pergamino como soporte. Y, bueno, parece que he mejorado un poco desde mi trabajo anterior.

Tanto con plumilla como con pincel se trabaja con cierta alegría y, a  nivel de resultados, me ha sorprendido el brillo de los colores. Para la inicial he utilizado mi clásica tinta Escarlata de Winsor & Newton serie Calligraphy Ink. Para el texto me he decidido por volver a la  nogalina. Contento porque puedo ajustar más los tonos de marrón que me gustan que con tintas tradicionales, como la Sepia de la serie de Winsor & Newton antes citada.
La tipografía vuelve a ser la variable de una batarde —la 1413 Cursive—que ya utilicé y comenté en un par de trabajos anteriores, y que, a pesar de su ilegibilidad, sigue resultándome cada vez más atractiva.
En este caso, además, creo que es la más adecuada, ya que Paracelso era médico y de todos es conocida la costumbre de este colectivo de escribir con unas grafías incomprensibles para el común de los mortales, aunque entre colegas y farmacéuticos no tengan ningún tipo de problemas para interpretar recetas y comentarios.
La N capitular pertenece también a este alfabeto, aunque para la T y la P del nombre he optado por utilizar la variante del alfabeto propuesto por Claude Mediavilla.
Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Leo (aunque la relacé bajo el signo de Cáncer).


jueves, 23 de julio de 2015

Caligrafías para Bélgica. 2. Un abrazo es todo ….

Otra persona a la que agradecer, también, algo tan sencillo como su presencia en la vida, su estar, su compartir, su generosidad.
La frase, pensada para ella, ha sido: Un abrazo es todo lo que necesita Dios para manifestarse (Een omhelzing is alles wat God nodig heeft om zich te manifesteren.)

La razón: es seguidora de Amma (Madre), nombre con que se conoce a la mística hindú Mata Amritanandamayi Devi, cuya relación con el mundo se basa en compartir abrazos.

He trabajado con papel apergaminado, pan de oro, tinta roja y un preparado de nogalina.

Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Leo

martes, 21 de julio de 2015

Caligrafías para Bélgica. 1. Tante Miet.

Miet es una persona mayor. A lo largo de su dilatada vida ha sido siempre amable, cariñosa, generosa con toda la familia. Y ahora era uno de esos momentos en que hay que decírselo, agradecerle que haya estado siempre al lado de todos y que siga ahí.



Había dos opciones a nivel de redacción con la misma idea:

1. Cada persona que pasa por nuestra vida es única, siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

2. Cada persona que pasa por nuestra vida nos cambia: deja un poco de ella y se queda algo nuestro.



Al parecer, en flamenco queda más poética la opción1. Así que eso fue lo que se tradujo:

Elke mens die wij ontmoeten in ons leven is enig, laat altijd iets van zichzelf en neemt een stukje van ons mee.

Por cierto, la E inicial y los adornos han estados inspirados en diferentes mayúsculas del libro Chants royaux en l'honneur de la Vierge au Puy d'Amiens 1501-1600. 


Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Leo

lunes, 20 de julio de 2015

IKIGAI. Reflexiones.

Hace unos días, una amiga que estaba en casa, pronunció la palabra: ikigai. De momento no la reconocí. Sólo cuando comenzó la descripción la recordé y me pregunté cómo podía haber olvidado algo tan importante.
Pero empecemos por el significado de este concepto japonés: no hay traducción exacta; una idea que se aproxima podría ser “el sentido de la vida”, pero desde una perspectiva muy particular; también valdría como significado “la razón de vivir”, aunque quizás, más apropiado, sería “aquello que te hace levantarte, contento, por la mañana”.
La idea del ikigai es que cada persona debe encontrar el suyo, personal e intransferible. Si lo logra, vivirá intensamente cada día porque tendrá claro su porqué, su finalidad, su legado.
Obviamente, puede y debe cambiar a lo largo de la vida y, sobre todo, es de máxima importancia encontrarlo en tiempos de crisis.
Hay quien lo ha asociado al trabajo bien hecho o al cuidado de la familia, pero a los puristas del tema eso les suena demasiado a control social, a integración —los japoneses lo encuadrarían en lo que ellos llaman shikata ga nai—; otros, a la búsqueda de la felicidad, pero de nuevo el concepto parece ir más allá. Es más sencillo, pero más complejo.
Un viejo cuento —en la Red abundan las versiones— lo describe de esta manera: Una mujer está apunto de morir. Su espíritu está frente a sus antepasados, que le preguntan quién es: “la esposa del alcalde”, responde; pero uno de ellos le reprocha que no conteste la pregunta; le han preguntado quién es, no de quién es la esposa. “Soy madre de cuatro hijos”, vuelve a responder. Y de nuevo el reproche: no le han preguntado cuántos hijos tiene. “Soy maestra de escuela”; no te preguntamos por tu profesión, sino quién eres, vuelven a decirle.
Finalmente, la mujer entiende la pregunta y responde: “Soy quien cuida cada día de mi familia y alimenta las mentes de los niños del pueblo”. Cuentan que pasó la prueba y finalmente no murió; en cambio, cuando despertó a la mañana siguiente, supo que había descubierto su ikigai.
Llevo unos días intentando encontrar el mío, y no consigo una respuesta satisfactoria. Quizás fue eso, mi maldita tendencia a la comodidad, la que me permitió olvidar hace años la palabra.
Ferdinandus, d.s. Bajo el signo de Cáncer


IKIGAI

Seamos francos: esto no es un ejercicio de caligrafía, sino de, como dicen los niños, “pintar y colorear”. Pido disculpas.
La caligrafía japonesa, el Shodó, es una de gran complejidad y llegar a ser un maestro requiere, además de un gran sentido de la estética, largos años de aprendizaje y práctica. Para los grandes calígrafos japoneses todo, desde la elaboración del papel, la tinta o los pinceles a la paz interior previa necesaria, son elementos importantes para realizar un trabajo. Incluso cada trazo se ha de hacer siguiendo un orden preciso, para así formar parte de un todo indivisible.
Lo que sigue, por tanto, es un ejercicio pueril sin nada que ver con el Shodó. Reitero mi petición de disculpas.

¿Cómo he llegado, entonces, a atreverme? Era una excusa. Quería llamar la atención con el fin de compartir el significado del concepto IKIGAI.
Así que he dejado por un momento lo que estaba haciendo y me he entretenido en dibujar y colorear los caracteres —kanji— que lo forman. Mientras, dejaba la mente en blanco y así, mientras mi mente se relajaba, el calor se me hacía más soportable.

Ferdinandus, d.s. Bajo un signo de Cáncer canicular