lunes, 20 de julio de 2015

IKIGAI

Seamos francos: esto no es un ejercicio de caligrafía, sino de, como dicen los niños, “pintar y colorear”. Pido disculpas.
La caligrafía japonesa, el Shodó, es una de gran complejidad y llegar a ser un maestro requiere, además de un gran sentido de la estética, largos años de aprendizaje y práctica. Para los grandes calígrafos japoneses todo, desde la elaboración del papel, la tinta o los pinceles a la paz interior previa necesaria, son elementos importantes para realizar un trabajo. Incluso cada trazo se ha de hacer siguiendo un orden preciso, para así formar parte de un todo indivisible.
Lo que sigue, por tanto, es un ejercicio pueril sin nada que ver con el Shodó. Reitero mi petición de disculpas.

¿Cómo he llegado, entonces, a atreverme? Era una excusa. Quería llamar la atención con el fin de compartir el significado del concepto IKIGAI.
Así que he dejado por un momento lo que estaba haciendo y me he entretenido en dibujar y colorear los caracteres —kanji— que lo forman. Mientras, dejaba la mente en blanco y así, mientras mi mente se relajaba, el calor se me hacía más soportable.

Ferdinandus, d.s. Bajo un signo de Cáncer canicular

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